En un discurso pregrabado y transmitido este martes en el marco del 75.º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), el mandatario chino, Xi Jinping, ha dicho que el mundo entero debe rechazar los intentos para politizar el brote del coronavirus, en una referencia implícita a EE.UU., que acusa a Pekín de crear el virus para dañar a las potencias occidentales.
Xi ha instado en su intervención, a todos los países, a aunar esfuerzos para combatir el virus. La comunidad internacional debe consolidar su cooperación sanitaria, científica y económica ante el desafío presentado por la pandemia de la COVID-19, ha declarado.
De acuerdo con Xi, el nuevo coronavirus no será la última crisis global, por lo que la comunidad internacional debe unirse para enfrentar futuros desafíos.
Además, ha alabado a los científicos chinos por alcanzar resultados positivos en sus ensayos clínicos de la Fase III de una vacuna experimental contra la COVID-19 y ha prometido que su país pondrá a disposición del mundo la vacuna.
De igual modo, ha asegurado que China continuará apoyando a otros países, compartiendo experiencias en la lucha contra la pandemia, y ha confiado en que “el coronavirus será derrotado y la victoria será de toda la humanidad”.
China no quiere una guerra fría con ningún país
El mandatario chino ha aprovechado, asimismo, la ocasión que le brindaba la máxima instancia de las Naciones Unidas para aclarar que Pekín “no tiene ninguna intención de librar una guerra fría o una caliente con ningún país”, a medida que aumentan las tensiones entre China y EE.UU.
“Continuaremos reduciendo diferencias y resolviendo disputas con otros a través del diálogo y la negociación. No buscaremos desarrollarnos solo a nosotros mismos o participar en un juego de suma cero”, ha subrayado Xi.
China ha acusado a EE.UU. de avivar una nueva guerra fría e intentar convertir a Pekín en un chivo expiatorio al cual achacarle sus problemas.
EE.UU. ha impuesto recientemente varias rondas de sanciones contra China, alegando acusaciones de espionaje y abusos contra los derechos humanos, y ha tratado de culpar al gigante asiático de la propagación de la COVID-19.
La actual escalada de tensiones ha conducido a Pekín y Washington al borde de una nueva guerra fría. Varios analistas advierten que existe un riesgo inminente a que se produzca una “confrontación no planificada” entre ambos países con el paso de los días.
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