En su fallo, la OMC ha determinado este viernes que China puede solicitar una autorización al Órgano de Solución de Diferencias (OSD), cuya próxima reunión será el 22 de noviembre, para aplicar aranceles a importaciones desde Estados Unidos por un valor anual de 3579 millones de dólares.
La cantidad en cuestión representa “el nivel de anulación o menoscabo de los beneficios de China”, producto de las medidas restrictivas de Estados Unidos, indica la sentencia.
Es la primera vez que la OMC autoriza al gigante asiático a sancionar productos estadounidenses. Pekín había solicitado un monto de posibles represalias de 7043 millones de dólares anuales por las pérdidas para los exportadores chinos.
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Estados Unidos ya no puede apelar esta decisión; y China puede, por su parte, aplicar total o parcialmente el millonario monto autorizado.
El litigio se remonta a diciembre de 2013, cuando China presentó una demanda ante la OMC, después de que EE.UU. fijara un repunte de aranceles sobre paneles solares, productos de acero y aluminio, muebles y otras exportaciones del gigante asiático.
Washington y Pekín libran una guerra comercial desde junio de 2018, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció la aplicación de tarifas a 50 000 millones de dólares en productos chinos con el objetivo de equilibrar una balanza comercial negativa para el país norteamericano.
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China, por su parte, no se ha quedado con los brazos cruzados y ha impuesto aranceles adicionales a algunos productos procedentes de Estados Unidos, entre ellos el petróleo.
El Gobierno chino culpa a EE.UU. del estancamiento de las negociaciones con Pekín, en las que se busca poner fin a la guerra comercial que está perjudicando al mundo y también a la propia economía estadounidense.
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