“La parte china insta seriamente al Reino Unido a detener su interferencia en los asuntos internos de China y dejar de hacer acusaciones aleatorias e incendiarias sobre Hong Kong”, ha alertado la portavoz de Ministerio de Exteriores de China, Hua Chunying, en declaraciones realizadas este sábado ante la prensa.
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Los comentarios de la diplomática china se producen después de que el viernes, el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab, en una llamada telefónica con la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, pidiera una investigación independiente sobre las recientes protestas en la antigua colonia británica.
En este sentido, la portavoz de la Cancillería china ha denunciado el llamamiento del nuevo canciller británico y ha aseverado que esta medida trata de presionar al Gobierno de Pekín.
“Simplemente es incorrecto que el Gobierno británico llame directamente a la presidenta ejecutiva de Hong Kong para ejercer presión”, ha lamentado la funcionaria china.
La parte china insta seriamente al Reino Unido a detener su interferencia en los asuntos internos de China y dejar de hacer acusaciones aleatorias e incendiarias sobre Hong Kong”, ha alertado la portavoz de Ministerio de Exteriores de China, Hua Chunying.
Hua ha destacado que Hong Kong ya hace mucho tiempo no es una colonia británica, por tanto, Londres “no tiene soberanía, ni poder administrativo, ni derecho de supervisión sobre Hong Kong”.
Hong Kong se ha convertido en el escenario de masivas protestas desde junio pasado en contra de un proyecto de ley que permitiría las extradiciones a China. El Gobierno local hongkonés suspendió el 15 de junio la polémica ley, pero las protestas continuaron con episodios violentos porque no se han revocado por completo las enmiendas correspondientes.
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El Gobierno chino ha atribuido durante mucho tiempo los disturbios en Hong Kong a las fuerzas extranjeras como EE.UU. y el Reino Unido, y ha solicitado a la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, de sacar sus “manos negras” de Hong Kong, y dejar el “peligroso juego” que ha iniciado contra el gigante asiático.
El Reino Unido traspasó en 1997 el control de Hong Kong a China, con un gobierno basado en “un país dos sistemas”, que permite que la región tenga sus propias instituciones legislativas, ejecutivas y judiciales independientes de China. Pekín dice que esos privilegios han sido protegidos, pero insiste en que no podría tolerar movimientos que busquen la secesión total del continente y asevera que Hong Kong es parte de China.
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