Cacerolas vacías para protestar contra el hambre y la represión. El mismo sonido que ha repicado en Chile en momentos de fuertes represiones y en dictadura, hoy se escuchó por Gaza.
La desnutrición en Gaza aumenta, mientras camiones llenos de ayuda humanitaria esperan fuera de sus fronteras el fin del bloqueo israelí. El plan sionista se muestra macabro: administrar puntos de distribución de alimentos para matar. Según cifras de la ONU, van más de 800 asesinados, entre ellos niños, mientras intentaban conseguir algo de agua o comida.
Alrededor de la placa que conmemora el Artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, los manifestantes recordaron que esta declaración se firmó a seis meses de iniciada la Nakba.
Nakba que no ha terminado y ha devenido en el peor genocidio de la historia moderna. Esa hipocresía del sistema internacional es lo que hoy denuncian.
Por esta razón, creen, es que no se cortan relaciones con la entidad israelí. Incluso el Presidente Boric, que ha condenado el genocidio y prometió el fin de la compra de armamentos al sionismo, no ha cumplido su palabra. Mientras, Gaza sigue muriendo.
Beatriz Michell, Santiago de Chile
frr/rba