• Reclusos en una cárcel de Jau, al sur de Manama, la capital de Baréin.
Publicada: sábado, 18 de abril de 2020 21:41

Un grupo pro DD.HH. denuncia la crítica situación de los presos políticos en Baréin y advierte del posible brote de la COVID-19 en las cárceles del pequeño reino.

El director del Foro Bareiní de Derechos Humanos (BFHR, por sus siglas en inglés), Baqer Darwish, hizo un llamado para pedir esfuerzos integrales a fin de poner en libertad a los presos políticos en Baréin, considerando la amenaza que enfrentan por la mala situación humanitaria en las prisiones y, en particular, ante la propagación del nuevo coronavirus, causante de la enfermedad denominada COVID-19.

“Qué ocurrirá, si llega la enfermedad (causada por el) coronavirus a las prisiones” de Baréin, alertó el activista, además de subrayar que los científicos no han logrado, hasta el momento, producir una vacuna eficaz para el brote infeccioso.

Darwish, para apuntalar su advertencia, destacó el mal estado de las prisiones bareiníes, donde “no existe en lo absoluto o son insuficientes los servicios médicos”.

Precisó también que los presos tienen que esperar mucho tiempo para recibir atención médica y, algunas veces, son atendidos “cuando se ha deteriorado su estado de salud”.

Denunció asimismo que las autoridades de seguridad de Baréin “han privado a los presos políticos de tratamiento, como uno de sus métodos de tortura y represalia en las cárceles”.

Darwish informó que, en 2019, el BFHR registró más de “300 violaciones de los derechos de los presos, debido a la falta de tratamiento adecuado y urgente”.

 

Como ejemplo, aludió al anterior brote de vitíligo en las prisiones bareiníes y dijo que solo en la cárcel de Jau —donde están detenidos líderes políticos, defensores de los derechos humanos y otros presos de consciencia— esta enfermedad afectó a unas 200 personas.

Ante ese tipo de situaciones, el régimen de los Al Jalifa “no tiene sentido de responsabilidad y, además de negligencia, vimos que la administración de la prisión actuó de manera débil para contener esa enfermedad”, rememoró el director de BFHR.

Por todo esto, puso de relieve que el régimen bareiní “ignora los llamados a la liberación inmediata de todos los prisioneros” y “recurre a las propagandas mediáticas” con el fin de atacar a los que defienden los derechos de los presos que “están privados de manera brutal”.

A modo de colofón, Darwish volvió a manifestar su preocupación por la eventual propagación del nuevo coronavirus en las cárceles bareiníes. “Si tal virus global, para el cual no se ha encontrado ninguna cura, llega a las cárceles de Baréin, ¿cuál será el comportamiento de los funcionarios de seguridad?”, se preguntó.

La COVID-19 sigue avanzando y dejando desoladores balances de muertos en el mundo entero. En la actualidad, más de 2 293 644 personas han sido diagnosticadas con el virus y otras 154 400 han perdido la vida.

En marzo, el régimen de Manama dio libertad a 1486 prisioneros a raíz del brote del coronavirus, pero las liberaciones excluyeron a líderes de la oposición, activistas, periodistas y defensores de los derechos humanos.

Veinte grupos de derechos humanos, incluidos Amnistía Internacional (AI) y Human RightsWatch (HRW), emitieron, a principios de abril, un comunicado conjunto, donde pidieron a los Al Jalifa que liberen a los líderes de la oposición, activistas políticos y periodistas, en medio de la lucha contra el virus mortal.

A su vez, el máximo clérigo chií de Baréin, el prominente sheij Isa Ahmad Qasem, reclamó el viernes al régimen de Manama la inmediata excarcelación de los presos políticos por los riesgos del nuevo coronavirus que “podría llegar a las cárceles y conllevar consecuencias mucho más catastróficas de las que el mundo ha presenciado”.

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