Publicada: lunes, 15 de diciembre de 2025 18:29

Golestán desafía estereotipos y se posiciona como pionera de la energía solar en el norte de Irán, combinando recursos renovables con innovación social y política.

Por Ivan Kesic

  • El potencial solar de Golestán, con un promedio de 1485 kWh/m²/año y picos superiores a 1800 kWh/m²/año en su suroeste y noreste semiáridos, desafía el estereotipo de que las provincias septentrionales del Caspio son inadecuadas para el desarrollo solar, ofreciendo una base sólida tanto para generación a gran escala como distribuida.
  • La provincia está pionera en un modelo de energía socialmente integrado mediante contratos de compraventa de electricidad garantizados por el gobierno a 20 años, que permiten a los hogares de bajos ingresos convertirse en productores de energía solar, transformando la política energética en una herramienta directa de alivio de la pobreza y empoderamiento comunitario.
  • Los recursos eólicos de Golestán son modestos, generalmente clasificados como débiles para granjas a gran escala, pero suficientes para aplicaciones específicas, lo que subraya un cambio estratégico hacia una cartera renovable diversificada donde la energía solar lidera, complementada por la energía eólica de pequeña escala y la generación distribuida a gas para la estabilidad de la red.

A medida que se intensifica la urgencia global por un desarrollo sostenible, el panorama energético de Irán está experimentando una revolución silenciosa, con la provincia norteña de Golestán emergiendo como candidata estratégica para convertirse en un pilar del futuro energético verde del país.

Esta transformación no se basa en los recursos excepcionales que definen los desiertos del sur del país, sino en una alineación pragmática del potencial natural creíble, las necesidades energéticas locales y políticas socioeconómicas innovadoras que buscan convertir los desafíos en oportunidades.

El camino de la provincia de Golestán para posicionarse como el nuevo centro de energía verde de Irán es un esfuerzo multifacético, basado en aprovechar sus distintos recursos solares y eólicos, implementar incentivos público-privados atractivos y desarrollar un modelo de generación distribuida que entrelaza la seguridad energética con el empoderamiento social.

El recorrido de la provincia refleja un cambio nacional más amplio hacia las energías renovables, mostrando cómo regiones con recursos moderados, pero viables, pueden catalizar el desarrollo sostenible, reducir la huella de carbono y redefinir la equidad energética regional mediante la adopción tecnológica y la inversión centrada en la comunidad.

Potencial solar más allá del estereotipo

El argumento central para las ambiciones verdes de Golestán desafía una percepción persistente. Contrario a la creencia de que las provincias del norte cercanas al mar Caspio son inadecuadas para la energía solar debido a la mayor humedad y la cobertura de nubes, las evaluaciones científicas revelan una realidad más matizada y prometedora.

Estudios detallados de zonificación, utilizando datos de estaciones terrestres y los modelos de reanálisis GEOS-5 y ERA5, indican que Golestán posee un mosaico de microclimas.

Mientras que las áreas montañosas y boscosas reciben menor irradiación, las alturas del suroeste y las llanuras del noreste, caracterizadas por condiciones semiáridas, cuentan con niveles de radiación solar anual entre 1.500 y 1.800 kWh/m², con un promedio provincial de aproximadamente 1.485 kWh/m².

Este rango, aunque modesto en comparación con los desiertos centrales de Irán, se considera “bastante eficiente para el suministro eléctrico” y suficiente para justificar tanto parques solares a gran escala como generación distribuida generalizada.

Este potencial se ve potenciado por el elevado número de días soleados de la provincia, que supera los 300 al año en áreas del norte como Gomishan, Bandar Torkaman y Maraveh Tappeh, transformando estas regiones de zonas agrícolas periféricas en candidatas ideales para infraestructura solar.

Expectativas realistas para aplicaciones específicas

Paralelamente a su narrativa solar, Golestán también ha sido asociada con el potencial de energía eólica, especialmente en sus corredores del noreste, cerca de Kalaleh y Maraveh Tappeh.

Una evaluación integral y a largo plazo de los recursos eólicos en cinco condados ofrece un contrapunto basado en datos frente a afirmaciones demasiado optimistas.

El estudio, que analiza hasta 30 años de datos, concluye que la densidad de energía eólica de Golestán es “relativamente baja para turbinas eólicas de gran tamaño”, clasificando generalmente a la provincia como Clase 1 o “pobre” para grandes parques eólicos.

Sin embargo, identifica oportunidades estacionales y localizadas, señalando que en ciertos meses, áreas como Maraveh Tappeh y Bandar Torkaman pueden alcanzar un potencial de Clase 2.

Esto delimita un nicho estratégico: el recurso eólico de Golestán no está diseñado para competir con hubs nacionales como Manjil, pero es viable para turbinas de pequeña y mediana escala.

Estas aplicaciones son ideales para sistemas fuera de la red o híbridos, como el bombeo de agua para la agricultura, la carga de baterías y el complemento de microredes en comunidades remotas.

Así, la energía eólica está destinada a desempeñar un papel complementario, más que principal, dentro de una cartera renovable diversificada.

Fuerza catalizadora de la política y los incentivos

Los recursos naturales por sí solos no son suficientes para impulsar una transición energética; requieren el catalizador de políticas coherentes e incentivos económicos tangibles.

El reciente auge de actividad en Golestán está directamente vinculado a un conjunto de medidas proactivas diseñadas para reducir riesgos de inversión y acelerar el despliegue.

En el corazón de esta estrategia se encuentran los contratos de compraventa de electricidad garantizados por el gobierno a largo plazo (PPAs), con una duración de hasta 20 años, que proporcionan flujos de ingresos predecibles tanto para desarrolladores a gran escala como para productores a nivel doméstico.

Esta garantía se ha reforzado con un aumento reportado del 20% en las tarifas de alimentación (feed-in-tariff), mejorando el atractivo financiero.

Para los hogares de bajos ingresos, el modelo resulta particularmente innovador, involucrando acuerdos tripartitos entre la compañía provincial de distribución eléctrica, el Comité de Socorro Imam Jomeini y la gobernación local.

Los beneficiarios reciben facilidades sin intereses para instalar sistemas solares en azoteas de 5 kilovatios, con el compromiso de la empresa eléctrica de comprar la electricidad generada, creando así un flujo de ingresos sostenible, estimado en más de 20 millones de Tomanes anuales por hogar, al mismo tiempo que se reduce la presión sobre la red eléctrica.

Para proyectos de mayor envergadura, la provincia ha simplificado los obstáculos burocráticos, ejemplificado por un grupo de trabajo semanal dedicado, presidido por el vicegobernador, que ha resuelto con éxito problemas de asignación de tierras, transfiriendo 160 hectáreas de terreno nacional para el desarrollo solar.

De megaproyectos a microredes: un plan de desarrollo a múltiples escalas

El enfoque de Golestán se caracteriza por un impulso simultáneo en frentes macro y micro, creando un ecosistema energético estratificado.

En el ámbito de gran escala, se están ejecutando proyectos monumentales, como la construcción de un complejo solar de 96 megavatios, compuesto por 32 sitios individuales distribuidos en toda la provincia, con una inversión superior a 2.880 mil millones de Tomanes.

Planes aún más ambiciosos se encuentran en fase de factibilidad, incluyendo parcelas identificadas para hasta 1.145 MW de capacidad solar y negociaciones para una planta de 500 MW.

Paralelamente, la provincia está impulsando agresivamente la generación distribuida. Esto incluye la instalación de cientos de sistemas solares domésticos de 5 kilovatios, la dotación de edificios gubernamentales con paneles solares para cumplir con la cuota obligatoria del 20% de energía renovable, y la promoción de generación distribuida a gas para mejorar la estabilidad de la red.

Este plan a múltiples escalas garantiza que el desarrollo no sea monolítico; fortalece la estabilidad de la red nacional mediante aportes a gran escala, al tiempo que aborda directamente la pobreza energética local, genera empleo y fomenta la resiliencia comunitaria a través de activos descentralizados.

Dimensión social: la aceptación pública como piedra angular

Un factor distintivo y prometedor en la ecuación de Golestán es la dimensión de la aceptación social. Investigaciones sociológicas recientes, que encuestaron a más de 400 ciudadanos de la provincia, indican una disposición significativamente positiva hacia la adopción de energía solar.

Los factores clave que influyen en la opinión pública incluyen la percepción de utilidad y ventaja relativa de las energías renovables, la confianza en los desarrolladores, el conocimiento de los beneficios y evaluaciones de precios favorables.

Esta aceptación local no es un detalle menor; constituye un factor crítico de éxito que determina el ritmo de adopción de paneles solares en azoteas, reduce la resistencia comunitaria a proyectos de mayor envergadura y sustenta los objetivos de empoderamiento social de las iniciativas solares domésticas.

El modelo participativo, que transforma a los consumidores de energía en productores y partes interesadas, fomenta un sentido de pertenencia y alinea los objetivos ambientales de la provincia con beneficios económicos tangibles para los hogares, integrando así la energía renovable en el tejido social.

Implicaciones estratégicas y la visión más amplia para Irán

La posible evolución de Golestán hacia un centro de energía verde conlleva implicaciones que se extienden mucho más allá de las fronteras provinciales.

El éxito en esta provincia serviría como modelo de una transición energética más descentralizada y equitativa para Irán, demostrando que regiones fuera del clásico “cinturón solar” pueden convertirse en contribuyentes significativos a los objetivos nacionales de energía limpia.

Se trata de una estrategia que integra el desarrollo energético con el desarrollo rural, la creación de empleo y la reducción de la pobreza, un enfoque holístico a menudo ausente en proyectos energéticos orientados únicamente a la extracción.

Para Irán, permitir el éxito de Golestán significaría diversificar geográficamente su cartera de energías renovables, mejorando la resiliencia general del sistema y reduciendo las pérdidas por transmisión al generar electricidad más cerca de los centros de demanda del norte.

Representa un movimiento estratégico para utilizar el gas natural, actualmente quemado para generación eléctrica en la provincia, para exportaciones de mayor valor o uso industrial doméstico, mejorando así la seguridad económica y energética del país.

La provincia de Golestán no se encuentra al borde de una transformación garantizada, sino frente a la apertura de una oportunidad formidable y estratégicamente vital.

Su aspiración de convertirse en el próximo centro de energía verde de Irán no se basa en una supremacía natural abrumadora, sino en una fórmula pragmática e integrada: combinar recursos renovables creíbles, aunque moderados, con mecanismos financieros innovadores, fuerte compromiso social y un modelo de implementación a múltiples escalas.

La provincia está en camino de convertirse en un nodo regional significativo de energía limpia, un centro definido no por una producción gigantesca, sino por la diversificación, la distribución y la integración socioeconómica.

El recorrido de Golestán es un testimonio de que, en la transición global hacia la sostenibilidad, los futuros energéticos viables y resilientes no se construyen únicamente sobre los desiertos más soleados o las cumbres más ventosas, sino sobre la base de una planificación inclusiva y la innovación alineada con la comunidad.