• Musulmanes Rohingya en un campamento en el estado de Rajine, en el oeste de Myanmar (Birmania), 30 de noviembre de 2018. (Foto: AFP)
Publicada: jueves, 20 de diciembre de 2018 11:20

La organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) insta a disolver la comisión de investigación sobre los Rohingya ante la “falta de seriedad”.

Rosario Manalo, la presidenta de la comisión sobre crímenes contra Rohingya, declaró el pasado 12 de diciembre que la comisión no había encontrado “pruebas” que respalden las denuncias de abusos contra los derechos humanos en los cuatro meses desde que abrió oficialmente su investigación.

El director para Asia de HRW, Brad Adams, insistió el miércoles en que las autoridades birmanas deben disolver la comisión de investigación sobre los abusos registrados en el estado de Rajine, en el oeste de Myanmar (Birmania), contra musulmanes Rohingya dado que esta carece de la “seriedad” necesaria.

“La destitución por parte de la comisión de la amplia documentación registrada sobre los abusos y violaciones de los derechos humanos cometidos contra los Rohingya deja muy claro que no es seria a la hora de intentar hacer justicia”, subrayó Adams. 

La destitución por parte de la comisión de la amplia documentación registrada sobre los abusos y violaciones de los derechos humanos cometidos contra los Rohingya deja muy claro que no es seria a la hora de intentar hacer justicia”, subraya Brad Adams, el director para Asia de la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW).

Por otro lado, el funcionario de HRW recalcó que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) tiene que dejar de dar credibilidad a esta comisión y hacer que la situación en Birmania llegue al Tribunal Penal Internacional (TPI).

“Esperar a que esta comisión termine su trabajo es una pérdida de tiempo que solo retrasará aún más la rendición de cuentas por graves abusos de los derechos humanos contra los Rohingya”, aseveró.

La comisión, compuesta por cuatro miembros, fue creada por el Gobierno de Birmania en mayo y es la octava desde que se desató la violencia en el estado de Rajine en 2012. Tal y como ha advertido HRW, ninguna de estas comisiones ha llevado a los responsables ante la Justicia. 

Más de 900 000 Rohingya han huido a Bangladés desde agosto de 2017, cuando el Ejército birmano intensificó sus ataques en su contra y quemó cientos de viviendas y aldeas enteras de musulmanes en Rajine. Las Naciones Unidas consideran el trato que Myanmar da a los Rohingya una “limpieza étnica”.

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