“Necesitamos un acceso sin trabas. El acceso que tenemos al estado de Rajine es inaceptable”, ha lamentado este viernes el responsable de asuntos humanitarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Mark Lowcock, en declaraciones vertidas en una rueda de prensa en la sede del organismo internacional en Ginebra (Suiza).
En los últimos días, un pequeño equipo humanitario de la ONU visitó Rajine (oeste) y dijo que en ese lugar los musulmanes viven una situación de sufrimiento inimaginable.
De acuerdo con informes, más de medio millón de musulmanes rohingyas partieron rumbo a Bangladés, huyendo de la violencia que ejerce el Ejército birmano desde el pasado agosto.
Lowcock ha considerado que el aumento del éxodo muerta que en el norte de Rajine se vive una severa crisis y adelanta que “en los próximos días” un equipo “de alto nivel” de la ONU viajará a esa región afectada por acciones brutales, que se realizan bajo la luz de las autoridades birmanas.
Necesitamos un acceso sin trabas. El acceso que tenemos al estado de Rajine es inaceptable”, lamenta el responsable de asuntos humanitarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Mark Lowcock.
Myanmar niega la ciudadanía a al menos un millón de rohingyas, etnia musulmana que es objeto de maltrato sistemático de las fuerzas birmanas y de la discriminación generalizada de la mayoría budista bajo la excusa del ‘mito común’ que los rohingyas son inmigrantes “ilegales”.
La organización pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI) ha indicado en los últimos días que existen pruebas “irrefutables” que el Ejército de Myanmar lleva a cabo una limpieza étnica en Rajine. Además, acusó a las fuerzas de seguridad birmanas de haber incendiado más de 80 casas de aldeas rohingyas, tal y como se identifica en imágenes de satélite.
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