• Refugiados ronhingyas y las fuerzas del Ejército bangladesí en el campo Balukhali en el distrito de Coxs Bazar.
Publicada: miércoles, 14 de noviembre de 2018 11:28

Bangladés está empleando férreas medidas militares para obligar a los refugiados musulmanes Rohingya a volver a Myanmar (Birmania), revela un informe.

Fuerzas paramilitares, la Policía y el Ejército de Bangladés han sido desplegados en el distrito de Cox's Bazar (sureste) —donde los Rohingya se encuentran en campos de refugiados—, para ultimar los preparativos a fin de repatriar este jueves al primer grupo de refugiados de la minoría musulmana a Myanmar, ha informado este miércoles el diario británico The Guardian.       

De acuerdo con el documento, los refugiados han sufrido agresiones al resistirse a cooperar con las autoridades bangladesíes para regresar a su país natal. Sobre estas medidas, The Guardian asegura que existe un vídeo en el que se ve a Ata Ullah, un líder de la comunidad Rohingya en el campo de Chakmarkul, diciendo que fue golpeado por un funcionario del campamento “con un gran palo” cuando se rehusó el lunes a presentar una lista de los Rohingya que residen en ese refugio.

Además, el diario cita a otros refugiados reacios a regresar a su país o asustados por enfrentar la presencia militar. “El Ejército se encuentra en todos los rincones de los campamentos de Jamtoli y Hakimpara, (…) revisando a la gente y evitando que se mueva entre los campamentos”, ha dicho un refugiado Rohingya en el campo Jamtoli.

Ellos pisaron mi cuello, no podía soportarlo”, afirma Ullah, un líder de la comunidad Rohingya, en la grabación. “Se puede ver en mi cara cómo me golpearon”, añadió.

 

Desde agosto de 2017, cuando el Ejército birmano intensificó sus ataques contra los Rohingya y quemó cientos de viviendas y aldeas enteras en el estado de Rajine, más de 900 000 rohingyas huyeron a Bangladés.

Al respecto, el pasado octubre, la relatora especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los Derechos Humanos en Myanmar, Yanghee Lee, afirmó que el Gobierno birmano “no tiene un verdadero interés ni capacidad para establecer una democracia totalmente funcional en la que toda su población disfrute con igualdad sus derechos y libertades”.

Amnistía Internacional anunció el martes el retiro de su máxima distinción, “Embajadora de Conciencia”, a la líder de facto de Myanmar, Aung San Suu Kyi, por no impedir la violencia contra los Rohingya.

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