La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Michelle Bachelet, instó a Bangladés a detener los planes para repatriar a más de 2 mil musulmanes Rohingya a Myanmar.
Advirtió que la medida podrá en riesgo la vida de esos refugiados que han huido de la violencia, la persecución y la represión ejercidas por los militares de Myanmar.
Varios días después de que Bangladés anunció planes para repatriar a Myanmar al primer grupo de los Rohingya, Bachelet calificó la decisión de una violación de la ley internacional ya que pondrá en grave peligro las vidas y la libertad de esa minoría étnica.
Bachelet subrayó que las violaciones de derechos humanos cometidas contra los Rohingya en Myanmar constituyen las peores atrocidades, incluidas crímenes de lesa humanidad y, posiblemente, genocidio.
Los Rohingya que se encuentran en el campo de refugiados, por tanto sufrimientos vivido en Myanmar, ya están aterrados por el plan de repatriación. Algunos han huido y otros han amenazado con suicidarse.
Bachelet, además, habló de los reportes que sigue recibiendo la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (OACNUDH) sobre constantes violaciones contra los Rohingya en el estado de Rajine, ubicado en el este de Myanmar.
Dijo también que considerando esas violaciones que incluyen asesinatos, desapariciones y detenciones arbitrarias, es inaceptable repatriarlos al territorio birmano.
Más de 700 mil musulmanes Rohingya escaparon del estado de Rajine en Myanmar tras una represión militar en agosto de 2017. Trayendo consigo historias de asesinatos, violaciones y torturas se unieron a unos 300 mil que llevaban ya varios años viviendo en campamentos miserables en el sureste de Bangladés.
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