El acto que contó con la presencia de varios diputados de Lista Conjunta, compuesta por la minoría árabe en el parlamento israelí, así como varios árabes de la ciudad fue llevado a cabo frente la oficina del comité de planificación y construcción del distrito de Ramla.
Los participantes en la concentración gritaron consignas contra el régimen de Tel Aviv por emplear políticas racistas y represivas contra los palestinos residentes en las tierras ocupadas.
También denunciaron las políticas israelíes destinadas a destruir las viviendas palestinas bajo el alegato que han sido construidas sin permiso y obligarlos abandonar sus hogares.
Mediante pancartas afirmaron que con estas medidas el régimen israelí nunca podrá expulsar a los palestinos de sus tierras, y añadieron que pese a todo eso se quedarán en su territorio ocupado y nunca lo abandonarán.

El pasado lunes, la corte suprema del régimen de Tel Aviv dio luz verde a las autoridades israelíes para demoler un pueblo palestino en la ocupada Cisjordania.
En las últimas décadas, el régimen de Tel Aviv ha intentado judaizar Al-Quds (Jerusalén) a través de distintos métodos como la demolición sistemática de casas pertenecientes a los palestinos en sus propios territorios, así como la construcción de asentamientos ilegales.
Este régimen, indiferente ante las advertencias de la comunidad internacional, para detener la construcción de viviendas en los territorios ocupados palestinos, ha dejado a miles de palestinos sin hogar, agua potable, electricidad e instalaciones eléctricas.

El pasado 27 de abril, el régimen de Israel autorizó la construcción de 77 unidades de viviendas en asentamientos ilegales en el este de Al-Quds, según la organización israelí ‘Paz Ahora’.
En respuesta, el ministro palestino de Asuntos Exteriores, Riad al-Maliki, anunció la semana pasada que su país demandará al régimen de Israel ante la Corte Penal Internacional (CPI) por su insistencia de expandir las colonias ilegales.
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