Publicada: lunes, 28 de junio de 2021 9:00
Actualizada: lunes, 28 de junio de 2021 10:04

A medida que las fuerzas extranjeras se retiran de Afganistán, los talibanes siguen su avance territorial en el país, pero, ¿qué hay detrás de todo esto?

El grupo armado Talibán acaba de tomar cinco distritos más en provincias como Balj, Maidan Wardak, Tajar o Kandahar, en el marco de la aceleración de su dominio territorial.

Los insurgentes se han hecho con el control de varios distritos estratégicos en el norte, el sur y el oeste, y ya podrán tener acceso a regiones productivas y de mayor población.

Según un balance proporcionado por la cadena local Tolo News, los talibanes han ocupado 108 distritos en los dos últimos meses.

¿Ha emprendido Afganistán una “retirada táctica”?

Expertos opinan que la formación del Gobierno de unidad nacional afgano en 2014 y el acuerdo alcanzado en mayo de 2020 por el mandatario Ashraf Qani y su rival, Abdulá Abdulá, para compartir el poder, polarizó y dividió las instituciones de seguridad de Afganistán. Estas instituciones se desorganizaron y se convirtieron en pequeñas islas de seguridad.

Esa gestión caótica hizo que los soldados en la línea de frente del conflicto se quedaran sin equipo ni apoyo. La indicada negligencia tuvo un impacto negativo en las unidades militares afganas.

En febrero de 2020, los talibanes y el Gobierno afgano acordaron una tregua parcial. Bajo orden de las autoridades afganas, las fuerzas de seguridad del país permanecieron “en estado de defensa activa”. Esta medida, según expertos militares, allanó el camino a los talibanes para reclutar combatientes y expandir su control en el territorio afgano.

¿Qué ganaría Talibán con avances en el norte?

Los insurgentes talibanes han llevado a cabo una ola de ofensivas en el norte de Afganistán en los últimos días, trasladándose más allá de sus bastiones en el sur y siguen tomando el control de más distritos en el norte del país, donde la mayoría de la población son los tayikos, los uzbecos y los hazaras. Fuentes lugareñas dicen que el grupo ha logrado reclutar muchos combatientes uzbecos.

De acuerdo con Faiz Zaland, profesor de la Universidad de Kabul, los talibanes quieren ganar puntos en la mesa de negociaciones y han seguido una política de “diálogo y guerra”.

A su juicio, el Gobierno afgano y las fuerzas extranjeras han prestado poca atención a la gente y a ganarse el apoyo popular durante los últimos 20 años.

¿Sirvió de algo la invasión de Afganistán?

Todos estos desarrollos se producen en un momento en que las tropas de EE.UU. y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han comenzado su salida definitiva de Afganistán después de dos décadas de presencia militar.

La campaña invasiva de la Alianza Atlántica en Afganistán, aunque apartó del poder al grupo insurgente de Talibán, que gobernó desde 1996 hasta finales de 2001, no logró restaurar la paz y la estabilidad en el país centroasiático, devastado por guerra. El llamado acuerdo de paz, firmado el 29 de febrero de 2020 entre Estados Unidos y los talibanes en Doha, capital de Catar, tampoco tuvo beneficio alguno para los afganos.

 

En los últimos 20 años, miles de soldados de EE.UU. han muerto y resultado heridos, además de bajas británicas y de otras nacionalidades, según diferentes informes oficiales.

No obstante, de acuerdo con una nota publicada en abril pasado por la cadena británica BBC, los afganos son los que se han llevado la peor parte de las bajas, con más de 60 000 miembros de sus fuerzas de seguridad muertas y casi el doble de víctimas civiles.

Asimismo, Al-Qaeda, Daesh y otras agrupaciones terroristas que están resurgiendo en Afganistán recobran fuerza ante la inminente retirada de los restantes miembros de la OTAN del país.

Washington intenta mitigar el impacto de su retirada completa de Afganistán con promesas como la de mantener una asociación duradera o apoyar al pueblo afgano proporcionándole asistencia diplomática, económica y humanitaria. 

¿Talibán regresa al poder?

Mientras tanto, algunos expertos barajan la posibilidad de que los talibanes puedan regresar al poder, con la ayuda encubierta de EE.UU., y exponiendo así a la nación afgana a un gran peligro.

El diario estadounidense The Wall Street Journal, citando a fuentes de inteligencia, reportó en su día que el actual Gobierno de Kabul “puede sobrevivir un máximo de dos años tras el repliegue”.

El Gobierno norteamericano, presidido por Joe Biden, es blanco de críticas por su doble rasero frente a la crítica situación que atraviesa Afganistán. La Casa Blanca, por un lado, dice estar comprometida con la seguridad de los afganos, mientras que, en paralelo, continúa con sus conversaciones encubiertas con los talibanes.

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