“Las maniobras de Estados Unidos en Trinidad y Tobago son una agresión contra la dignidad del pueblo venezolano”, aseveró el viernes el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, en rechazo a la presencia militar estadounidense en aguas trinitenses del Caribe, donde la tensión galopa por las amenazas y operaciones bélicas de Washington, con resultados mortales.
Padrino López acusó a Trump buscar “implantar un vasallaje” en América Latina y el Caribe. “Nosotros tenemos el camino claro: el camino nuestro es el del patriotismo. Allá aquellos que quieran seguir por el camino del entreguismo, del vasallismo, del esclavismo”, subrayó.
El titular de Defensa cuestionó que el Gobierno trinitense permitiera el despliegue de fuerzas estadounidenses en su territorio, lo que —según afirmó— sirvió para instalar “instrumentos de muerte y destrucción”, un gesto que consideró contrario a la soberanía regional.
De igual manera, señaló que sectores de la población de la isla caribeña también mostraron su descontento por la presencia de la Marina estadounidense, que realizó ejercicios que Caracas consideró amenazas deliberadas contra Venezuela.
La actividad militar incluyó prácticas de la Unidad 22 de Expedición Marina entre el 16 y el 21 de noviembre, además del reciente atraque en Puerto España del USS Gravely, un destructor equipado con misiles guiados, hecho que elevó las tensiones entre ambas naciones.
Al respecto, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, acusó a la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, de “hipotecar” su país al albergar fuerzas estadounidenses frente a las costas venezolanas.
También advirtió que esta decisión generará mayores problemas internos para la mandataria.
A finales del pasado octubre, Trinidad y Tobago y EE.UU. llevaron a cabo otro ejercicio militar conjunto en la isla de Trinidad, a menos de 40 kilómetros de las costas de Venezuela. El Gobierno venezolano condenó esas maniobras, calificándolas de “provocación hostil” y de grave amenaza a la paz regional.
En respuesta a esta provocación, la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, anunció la suspensión de todos los acuerdos de cooperación energética y gasífera con Trinidad y Tobago.
Desde el pasado septiembre y bajo el argumento de combatir el narcotráfico, la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, desplegó desde agosto tres destructores, un buque de asalto anfibio, un crucero lanzamisiles, un submarino nuclear y alrededor de 4500 infantes de marina en la región.
No obstante, Caracas califica estas acciones de “una agresión armada para imponer un cambio de régimen” y advierte que el objetivo es “apoderarse del petróleo, el gas, el oro y todos los recursos naturales” del país.
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