La vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, ha anunciado este lunes la suspensión de todos los acuerdos de cooperación energética y gasífera con Trinidad y Tobago, tras acusar al Gobierno caribeño de “haberse plegado a la agenda guerrerista de los Estados Unidos para agredir a un pueblo hermano”.
Rodríguez ha precisado que la directiva del Ministerio de Petróleo y de Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) ha propuesto formalmente al presidente Nicolás Maduro la denuncia inmediata del acuerdo marco de cooperación energética, firmado entre ambos países en 2015.
El pacto, renovado automáticamente en febrero pasado por cinco años más, contempla la colaboración en proyectos de hidrocarburos, el desarrollo de infraestructura y el tratamiento de yacimientos compartidos. Su anulación implica la suspensión de todos los compromisos bilaterales en la materia.
La vicepresidenta ha subrayado que esta medida responde al apoyo de Puerto España a la política hostil de Washington, lo cual ha advertido que rompe los lazos históricos de amistad y cooperación entre ambos pueblos.
Esta decisión se ha producido después de que el Gobierno venezolano ha denunciado una operación de falsa bandera, presuntamente organizada por individuos vinculados a la Agencia de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, que pretendía atacar instalaciones estadounidenses para culpar a Venezuela.
“No es un conflicto. Es la agresión de los Estados Unidos, una agresión militarista contra Venezuela. Es por el petróleo y es por el gas”, ha subrayado Rodríguez, al advertir que esta amenaza pone en riesgo la paz y la estabilidad de la región caribeña.
La suspensión de los acuerdos energéticos ha sido una respuesta directa a los ejercicios militares conjuntos entre Trinidad y Tobago y Estados Unidos, coordinados por el Comando Sur, que se realizaron entre el 26 y 30 de octubre.
El Gobierno venezolano ha condenado esas maniobras, calificándolas de “provocación hostil” y de grave amenaza a la paz regional. En un comunicado, la Cancillería ha acusado al Gobierno trinitense de renunciar a su soberanía y actuar como portaviones de EE.UU. en la región caribeña, anticipando así la decisión de Caracas de cesar la cooperación energética.
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