• Vídeo: COVID-19 revela la fea cara del Occidente
Publicada: sábado, 4 de abril de 2020 11:51
Actualizada: sábado, 4 de abril de 2020 14:37

Mientras el nuevo coronavirus se propaga velozmente, los países occidentales compiten en una carrera despiadada de robos para conseguir el equipo necesario.

Muchos países occidentales no son capaces de producir por sí mismos una cantidad suficiente de mascarillas y satisfacer otras necesidades sanitarias, y por ello tratan de comprar millones de mascarillas, principalmente a China.

No obstante, algunos de esos países han violado las reglas internacionales y el juego limpio que rigen en un tiempo normal en los intercambios mundiales.

Por ejemplo, las autoridades sanitarias alemanas denunciaron el viernes que su pedido de 200 000 máscaras de protección contra el COVID-19 había sido “confiscado” en Tailandia y acusaron a EE.UU. de “piratería moderna”, usando métodos del salvaje oeste.

 

Por otra parte, la ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, anunció el viernes que Turquía requisó los respiradores fabricados en el país euroasiático por encargo de una empresa española que había traído componentes para su fabricación desde China.

Dos días antes, Renaud Muselier, gobernador de la región sudeste de Provenza-Alpes-Costa Azul, de Francia denunció que Estados Unidos había comprado un avión cargado de mascarillas producidas en China que estaba a punto de partir hacia Francia.

Además, el mes pasado, Francia retuvo 4 millones de mascarillas destinadas a España e Italia y la República Checa robó mascarillas y respiradores que pertenecían a Italia.

Justo cuando los aliados occidentales compiten entre sí en esta carrera despiadada, Rusia envía ayuda a Estados Unidos, y Cuba y China envían ayuda a países europeos como Italia y España.

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