Los autores aducen la declaración del general William T. Sherman, que durante la Guerra de Secesión (1861 y 1865) aseguró a sus esclavos que cada uno de ellos tendría cuarenta acres de tierra y una mula. Eso se traduce en 20 dólares semanales para los 3,9 millones de esclavos que vivían en EE.UU., apostilló la revista 'Yes'.
Para Neuman y Loeffelholz, las tierras que iban a ser arrebatadas a los antiguos hacendados esclavistas, y que finalmente nunca fueron confiscadas, hubieran ayudado a mitigar la enorme brecha económica que en EE.UU. todavía existe entre blancos y negros.
Este desajuste explica el porqué actualmente por cada dólar que percibe una familia blanca, un penique le toca a un grupo familiar afroamericano; así como el motivo por el cual la media anual de ingresos en los hogares blancos sea de 58 mil dólares, frente a los 35 mil de las familias negras.

Para entender mejor la importancia de la economía esclavista, y cómo sus peones fueron utilizados sin recibir a cambio ninguna compensación, los autores explican que el algodón recogido con mano de obra esclava "representaba el 48 % del Producto Interior Bruto (PIB) de los estados confederados", mientras que de cada dólar que este producía "un 40 % terminaba en Nueva York, pues proporcionaba seguros, transporte y créditos".
Una ley de Virginia de 1705 estableció que la esclavitud se aplicaría a aquellas personas de pueblos que no fueran cristianos. La mayoría de los esclavos eran negros y estaban en poder de los blancos, aunque algunos americanos nativos y negros libres también tenían esclavos.
La esclavitud se prohibió en Estados Unidos en 1865 luego de la Guerra de Secesión, mediante la Decimotercera Enmienda.
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