Por Humaira Ahad
Representan una singularidad topográfica formada a lo largo de siglos, un paisaje natural preservado de excepcional impacto visual y un lugar de interés científico y arqueológico.
Sus picos dentados, conos que recuerdan a los montículos azucarados y crestas intrincadas evocan paisajes más comúnmente asociados con Marte o la Luna.
Estas formas y colores inusuales, un punto llamativo a lo largo de la autopista del desierto, les han valido el apodo de “Montañas Marcianas”.
La combinación de su escala, su forma distintiva y el austero entorno desértico distingue a estas montañas de otras formaciones naturales en Irán.
Apariencia marciana
Estas montañas, que se extienden aproximadamente 25 kilómetros de longitud y un kilómetro de ancho, también han sido inscritas en la lista del patrimonio nacional de Irán.
Su registro nacional refleja la singularidad geológica del lugar y su valor como destino para el turismo, así como para estudios arqueológicos y científicos.
La elevación de las montañas oscila entre los 5 y los 100 metros, creando un horizonte dramático en una llanura desértica por lo demás plana.
Las formaciones de las Montañas Marcianas están compuestas de piedra caliza sedimentaria, moldeada a lo largo de siglos por la erosión del viento y el agua.

Sus tonalidades rojas, grises y blancas destacan con fuerza sobre las llanuras desérticas, mientras que sus formas cónicas, bordes dentados y delicados surcos les otorgan una apariencia casi de otro mundo.
La ausencia de vegetación en la zona y la intensidad de la luz solar refuerzan aún más esta impresión alienígena, creando un efecto visual surrealista para quienes las observan.
Algunas áreas de las montañas son accesibles para los visitantes, ofreciendo la posibilidad de realizar caminatas y disfrutar de las vistas panorámicas del desierto.
Desde los puntos más elevados, la escala y la complejidad del paisaje se vuelven más evidentes, con surcos y crestas que se extienden a lo largo de las montañas y revelan los procesos de erosión que dieron forma a estas formaciones.
Contexto arqueológico y cultural
La región que rodea las Montañas Marcianas también destaca por su importancia arqueológica.
Los yacimientos prehistóricos de Jorasán del Sur —entre ellos Kalleh Koob Sarayan, Gond y Sartajt Baqestan Ferdows—, así como el Museo Arqueológico de Biryand, revelan evidencias de antiguas civilizaciones humanas.
En estas zonas también se han hallado piezas de cerámica prehistórica que representan una cultura local distintiva.
Sin embargo, estos artefactos no muestran vínculos claros con las culturas calcolíticas de Sistán y Baluchistán ni con las zonas septentrionales de la provincia.
Los objetos de la Edad del Bronce encontrados en la región se consideran importados de otros lugares, lo que indica una producción local limitada en ese período.
Estos hallazgos arqueológicos proporcionan un contexto para comprender la evolución histórica de la región y complementan las características geológicas de las Montañas Marcianas.

Sus tonalidades rojas, grises y blancas destacan con fuerza sobre las llanuras desérticas, mientras que sus formas cónicas, bordes dentados y delicados surcos les otorgan una apariencia casi de otro mundo.
La ausencia de vegetación en la zona y la intensidad de la luz solar refuerzan aún más esta impresión alienígena, creando un efecto visual surrealista para quienes las observan.
Algunas áreas de las montañas son accesibles para los visitantes, ofreciendo la posibilidad de realizar caminatas y disfrutar de las vistas panorámicas del desierto.
Desde los puntos más elevados, la escala y la complejidad del paisaje se vuelven más evidentes, con surcos y crestas que se extienden a lo largo de las montañas y revelan los procesos de erosión que dieron forma a estas formaciones.
Contexto arqueológico y cultural
La región que rodea las Montañas Marcianas también destaca por su importancia arqueológica.
Los yacimientos prehistóricos de Jorasán del Sur —entre ellos Kalleh Koob Sarayan, Gond y Sartakht Baghestan Ferdows—, así como el Museo Arqueológico de Biryand, revelan evidencias de antiguas civilizaciones humanas.
En estas zonas también se han hallado piezas de cerámica prehistórica que representan una cultura local distintiva.
Sin embargo, estos artefactos no muestran vínculos claros con las culturas calcolíticas de Sistán y Baluchistán ni con las zonas septentrionales de la provincia.
Los objetos de la Edad del Bronce encontrados en la región se consideran importados de otros lugares, lo que indica una producción local limitada en ese período.
Estos hallazgos arqueológicos proporcionan un contexto para comprender la evolución histórica de la región y complementan las características geológicas de las Montañas Marcianas.
