Por Alberto García Watson
La escena es una metáfora cruda, imposible de ignorar, y más ahora. Mientras las aguas del Caribe recibían al USS Gerald R. Ford, el portaviones de propulsión nuclear más avanzado y letal de Estados Unidos, la costa del Pacífico nicaragüense recibía al Ark Silk Road 867, un buque hospital militar chino, capaz de operar cientos de cirugías gratuitas al día.
El contexto que agrava esta dualidad es el reciente anuncio de Washington de la "Operación Lanza del Sur", un operativo militar a gran escala en el hemisferio occidental, dirigido nominalmente a "expulsar a los narcoterroristas".
La elección del simbolismo no puede ser más clara: Washington, como siempre, llegando con la diplomacia del cañón y la amenaza latente; Pekín, desembarcando con la diplomacia humanitaria y la promesa pragmática de alivio y desarrollo. Esta es la radiografía del dilema geopolítico que enfrenta el Sur Global y la respuesta a la supuesta "ingenua" pregunta de por qué los países en desarrollo están girando sus velas hacia China.
1. El Portaviones y la "Lanza del Sur": La Amenaza de un Orden Moribundo
El despliegue del USS Gerald Ford no es un evento aislado, sino la punta de lanza de una estrategia de coerción descarada y militarización bautizada como "Operación Lanza del Sur" por la Administración Trump, bajo el pretexto de combatir el narcoterrorismo.
- El Discurso vs. La Realidad: Un portaeronaves nuclear, con sus escuadrones de cazas de última generación y su séquito de destructores, no es una herramienta contra la delincuencia común, sino una máquina de guerra diseñada para proyectar poder hegemónico y, sobre todo, para recordar que Washington ostenta la última palabra. La "Lanza del Sur", liderada por el Comando Sur (SOUTHCOM), intensifica la vigilancia y la capacidad de intervención militar directa justo en un momento de crecientes tensiones con gobiernos no alineados como Venezuela y Nicaragua.
- Reactivación de la Doctrina Monroe: Para países con una memoria histórica de golpes de Estado, invasiones y dictaduras apoyadas por EE. UU., la presencia de la mayor acumulación militar en décadas evoca el fantasma de la Doctrina Monroe. El mensaje es que la seguridad nacional de EE. UU. sigue primando sobre la soberanía de sus vecinos del Sur, forzando un orden geopolítico favorable a sus intereses económicos y estratégicos.
El uso del Poder Duro, envuelto en el lenguaje de la "seguridad", desgasta la imagen de EE. UU. y refuerza la idea de que la relación se basa en la amenaza y la subordinación, no en el respeto mutuo.
2. El Hospital Flotante: Un Soft Power que Cautiva y Convence
Frente a la Operación "Lanza del Sur", China opone la Misión Armonía-2025. El buque hospital Ark Silk Road 867, anclado en Nicaragua, es la encarnación del Poder Blando chino y de su diplomacia humanitaria, con un efecto de contraste propagandístico demoledor.
- Impacto Inmediato y Tangible: La llegada de un buque que ofrece servicios médicos gratuitos a miles de pacientes—cirugías complejas, tratamientos dentales, pruebas— en sistemas de salud precarios tiene un valor político y humano incalculable. China se presenta como un socio desinteresado y enfocado en el bienestar de la población, no en la coerción militar.
- La No-Condicionalidad: Este tipo de cooperación china, que complementa la inversión en infraestructura de la Franja y la Ruta (BRI), es altamente atractiva porque llega sin el manual de condicionalidades políticas (derechos humanos, reformas estructurales neoliberales) que son la marca de la casa de EE.UU. y las instituciones financieras occidentales.
- Enfoque Pragmático: Mientras EE.UU. ofrece la amenaza militar en nombre de una seguridad definida por Washington, China ofrece soluciones reales para el desarrollo (puertos, carreteras, hospitales) y para la vida cotidiana de las personas.
Conclusión: La Lección del Símbolo en el Hemisferio Occidental
La yuxtaposición de estos dos navíos bajo el paraguas de la "Operación Lanza del Sur" estadounidense es un testamento de la decadencia del Poder Duro como única herramienta de influencia y la ascensión de una nueva lógica de poder. El portaeronaves, con su inmensa capacidad de destrucción, recuerda el pasado intervencionista. El buque hospital, con su promesa de vida y desarrollo, señala un futuro multipolar.
La elección de los países en vías de desarrollo es clara: ante la opción de ser un territorio vigilado y sujeto a la Operación Lanza del Sur del hegemón, o un socio (aunque sea desigual) en la ruta de la inversión y la ayuda humanitaria, la mayoría prefiere el pragmatismo que alivia el dolor social. El soft power chino está salvando más alianzas que las que la intimidación militar estadounidense puede conservar.
