El presidente, Donald Trump, reveló las verdaderas ambiciones de su administración sobre el crudo de Siria.
En un paso sin antecedentes en la historia de las relaciones internacionales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció abiertamente que su país “tiene el pleno control” de los yacimientos petroleros de Siria, y que las fuerzas estadounidenses han asumido el control de los campos petrolíferos localizados en el norte de Siria, en una medida percibida negativamente por todos los sirios.
La declaración de Trump constituye, según los medios políticos, uno de los nuevos aspectos de la agresión llevada a cabo por Washington desde más de ocho años contra Siria, y se enmarca en el trayecto de los planes destinados a debilitar la economía del país, y el proceso de reconstrucción de Siria, tomando en cuenta que el crudo es uno de los mayores recursos para la economía nacional.
Los observadores en Damasco estiman que EE.UU. rechaza cambiar su mentalidad y sigue actuando como una fuerza ocupante en el norte de Siria, tanto a través de su respaldo a los kurdos, como con sus nuevas medidas destinadas a saquear el crudo del pueblo sirio.
La nueva medida estadounidense contra el petróleo sirio refleja el quiebre de las políticas de Trump en Siria, y la intención de su administración de prolongar la guerra en este país ante la ausencia de una solución adecuada para sus ambiciones.
Bashar Barazi, Damasco
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