“La COVID-19 pierde rápidamente fuerza bajo los rayos ultravioleta”, indicó el miércoles el director del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Policlínico de Roma, Roberto Cauda, en una entrevista con el diario local Il Messaggero.
El estudio confirma la hipótesis de que el virus no resiste a las altas temperaturas, con lo cual se puede esperar que se haga menos agresivo durante el verano.
Cauda destacó que el efecto se debe a la función antimicrobiana que caracteriza a los rayos UV. En palabras del médico, otros estudios indican que “la mortalidad por la COVID-19 es menor al sur del paralelo 40, lo que quiere decir que las condiciones medioambientales exteriores influyen en los contagios”.
Sin embargo, por sí solos los rayos no bastan para combatir el coronavirus, como demuestra el caso de algunas regiones y países donde no se respetan las normas higiénicas y hay altas cifras de contagios, advirtió Cauda.
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