En medio de la escalada de tensión entre Rusia y Ucrania, el pasado martes 20 de abril, el presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, propuso a su homólogo ruso, Vladimir Putin, encontrarse “en cualquier sitio del Donbás” para evitar una guerra.
“Si se trata [de hablar] del desarrollo de las relaciones bilaterales, bienvenido sea. Recibiremos al presidente de Ucrania en Moscú cuando le resulte conveniente”, respondió Putin durante una reunión sostenida este jueves con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko.
Sin embargo, el mandatario ruso aclaró que, si Zelenski quiere conversar sobre el conflicto en el Donbás, entonces, en primer lugar, debe hablar con los representantes de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Asimismo, Putin lamentó que las recientes acciones de Kiev hayan aumentado las tiranteces en las relaciones ruso-ucranias, como el caso de febrero de 2019 en que la Iglesia ortodoxa de Ucrania cortó sus vínculos de siglos con la ortodoxa rusa.
Ucrania está involucrada en una guerra con los independentistas en la región de Donbás, este de su territorio y fronteriza con Rusia, donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
La tensión en esta zona, escenario desde 2014 de una guerra entre el Ejército ucraniano y los separatistas prorrusos, se ha disparado con acusaciones mutuas entre Kiev y Moscú de movilización de tropas y preparativos para una posible ofensiva. Kiev trata de achacar a Moscú el conflicto en esta zona de su territorio.
A su vez, las autoridades rusas, en múltiples ocasiones han rechazado las imputaciones y acusan a Occidente, encabezado por EE.UU., de incitar a Kiev a iniciar un nuevo conflicto con los separatistas y desestabilizar las fronteras rusas.
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