A pesar del alto el fuego acordado entre Israel y HAMAS, los ataques no se han detenido completamente. En las últimas horas, se registraron bombardeos israelíes sobre distintas zonas del sur y el centro de la Franja, dejando víctimas civiles y daños en viviendas. El movimiento palestino denunció que estas acciones constituyen una clara violación de la tregua y ponen en riesgo los esfuerzos internacionales por mantener la calma.
Al mismo tiempo, Israel mantiene cerrados los principales pasos fronterizos, impidiendo el ingreso regular de ayuda humanitaria. Decenas de camiones con alimentos, medicinas y combustible siguen esperando en Rafah y Kerem Shalom, mientras hospitales y albergues en Gaza advierten del colapso total por la falta de suministros.
Las organizaciones humanitarias alertan que la combinación de ataques y bloqueo agrava una crisis ya insoportable: miles de desplazados viven sin agua ni electricidad, y los hospitales apenas funcionan con generadores. Los civiles, atrapados entre la promesa de una tregua y la realidad del asedio, siguen siendo las principales víctimas.
Aquí, en Gaza, la tregua existe solo en los comunicados. Los ataques intermitentes y el cierre de fronteras mantienen a más de dos millones de personas al borde del colapso. Sin un alto el fuego real y la apertura de los pasos, la llamada “tregua humanitaria” seguirá siendo una pausa vacía en medio de una guerra que no ha terminado.
Huda Hegazi, Gaza
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