Así se lo han comunicado a la Unión Europea (UE), con la intención de contar con un fondo de solidaridad comunitario. La imagen de la destrucción ya tiene un coste estimado, 23.500 millones de euros. Es lo que ha calculado el Departamento Italiano de Protección Civil (DCP, por sus siglas en Inglés), tras examinar los daños de los terremotos del pasado agosto, octubre y el más reciente de enero. Y un importante impacto en la actividad económica de la zona.
No es la primera vez que Italia hace cuentas sobre los gastos de la reconstrucción. Ya en los pasados presupuestos se destinaron unos 7.000 millones de euros para las zonas afectadas. Desde Roma, capital italiana, se pide auxilio a Europa para que se active un mecanismo de solidaridad existente en caso de emergencias.
Italia todavía paga por los gastos de otros terremotos como el de 2009. Por eso los expertos piensan que el coste puede haber sido sobreestimado para hacer más presión frente a las instituciones europeas.
Pero las cifras cuentan, ya que desde la Comisión Europea (CE) se mantiene una dura pugna con Italia. Bruselas ya advirtió que los últimos presupuestos se desviaban de sus objetivos de déficit y le pidió al Gobierno italiano que recortara 3.400 millones euros. El Ejecutivo no ha planteado un nuevo escenario económico, pero sí que ha presentado nuevos requerimientos como el cálculo de la reconstrucción de zonas afectadas por los seísmos.
El presupuesto para los terremotos es uno de los principales mecanismos de presión contra las exigencias de austeridad europeas. Sin embargo, ni siquiera la emergencia parece rebajar la tensión, ya que Bruselas sigue dispuesta a sancionar a Italia si no reduce su gasto público.
Ismael Monzón, Roma.
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