“Ya no permitiremos que Grossi ingrese a nuestro país”, afirmó este sábado el vicepresidente del Parlamento iraní, Hamid Reza Hayibabai, en declaraciones durante una ceremonia conmemorativa en la ciudad de Hamadan (oeste de Irán) por el martirio del entonces presidente del Poder Judicial del país, el ayatolá Seyed Mohamad Beheshti, y otros 72 altos funcionarios, en un atentado terrorista el 28 de junio de 1981.
El vicepresidente del Parlamento iraní señaló que la decisión también incluye la prohibición de las cámaras de vigilancia de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), luego de que se descubriera la filtración de datos confidenciales de las instalaciones nucleares en documentos israelíes.
En su intervención, hizo referencia a las palabras del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jameni, y calificó la reciente guerra como la continuación de la hostilidad histórica de Estados Unidos contra el pueblo iraní.
🔴 Documentos divulgados por Irán muestran que el jefe del OIEA, Rafael Grossi, ha estado completamente coordinado con Israel y ha estado cumpliendo sus órdenes.‼️
— HispanTV (@Nexo_Latino) June 12, 2025
🔺 Recientemente, Irán logró obtener una gran cantidad de documentos secretos del régimen israelí.#Irán #OIEA pic.twitter.com/CA2F5O2hdR
Subrayó que los temas relacionados con misiles y tecnología nuclear no son más que pretextos, y que el verdadero problema del enemigo radica en la existencia misma de Irán.
El legislador iraní expresó que, durante los 12 días de resistencia del pueblo y las fuerzas armadas, así como con el liderazgo sabio del Líder, los enemigos se dieron cuenta de que en esta guerra impuesta no eran rivales para nuestra nación y que, por mucho que lucharan, no lograrían nada.
Hayi Babai agregó que, a pesar de los intentos iniciales de eliminar a los comandantes mediante asesinatos para interrumpir la gestión, el liderazgo prudente y la presencia firme de las fuerzas armadas y el pueblo lograron cambiar el curso de los acontecimientos.
Uno de los análisis del enemigo, según Hayi Babai, es su intento por provocar conflictos étnicos y desmembrar una nación con siete mil años de historia.
En sus declaraciones, el representante iraní también señaló la creencia enemiga de que el 85 % de la población iraní estaría de su lado, y que un ataque militar lograría que la gente se alzara contra el gobierno.
Con respecto a las amenazas de los enemigos sobre un posible ataque si no se llegan a negociaciones, agregó: “Ahora que ya nos han atacado, ¿de qué debemos temer? Nada, porque la victoria es nuestra”.
Finalmente, el parlamentario destacó la capacidad de Irán para atacar bases militares estadounidenses en la región y recordó que la grandeza de la nación iraní ha detenido a los enemigos, quienes han comprendido que no pueden derrotar a 90 millones de personas.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abás Araqchi, rechazó la solicitud del director de la AIEA de visitar las instalaciones nucleares del país bombardeadas, confirmando la decisión del Parlamento nacional de cesar de toda colaboración con la entidad.
La ley, aprobada por unanimidad por los 221 legisladores presentes, determina la suspensión de la cooperación hasta que los centros nucleares y los científicos iraníes estén totalmente protegidos de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y según lo determine el Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
El 13 de junio, Israel inició una agresión contra Irán y atacó instalaciones nucleares y centro militares iraníes, así como zonas residenciales, so pretexto de destruir por completo el programa nuclear pacífico iraní. Más de una semana después, Estados Unidos también se unió a Israel y bombardeó tres instalaciones nucleares iraníes en una grave violación de la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
Irán ha presentado una demanda formal ante las Naciones Unidas contra Grossi, por “complicidad” en la agresión israelí, debido a que emitió un informe infundado sobre el programa nuclear iraní el cual fue el pretexto utilizado por el régimen sionista para lanzar su ofensiva militar contra la nación iraní y sus instalaciones nucleares, pese a que estos sitios están bajo la supervisión continua de la AIEA, de acuerdo con el Acuerdo de Salvaguardias y el TNP.
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