“Los recientes disturbios han terminado y la seguridad ya reina en Teherán desde hace varias noches”, informó la noche del miércoles Mohsen Mansuri.
Al referirse a la desesperación del enemigo para la continuación de los disturbios, Mansuri ha destacado que uno de los cabecillas de disturbios, residente en un país extranjero, les imploró a sus agentes internos que de cualquier manera no dejen que el fuego de vandalismo se apague, incluso a través de prender fuego a un contenedor de basura, en un callejón sin salida.
En este marco, el jefe de Policía de la ciudad de Urmía, en Azerbaiyán Occidental, el coronel Hasan Sheij Neyad informó el miércoles de la identificación y el arresto de varios cabecillas principales y líderes de los disturbios en esta localidad.
“La seguridad de la sociedad es la línea roja de la Policía (iraní), y quien juegue con la seguridad de los ciudadanos, gracias a la coordinación del Poder Judicial y la Policía, será castigado duramente”, advirtió.
Ofreciendo nuevos detalles sobre los daños causados a los bancos por parte de los agitadores, el secretario del Consejo de Coordinación de Bancos Estatales y Semigubernamentales de Irán, Alireza Qeitasi, manifestó la misma jornada que hasta la fecha los alborotadores dañaron 323 bancos y destruyeron 284 cajeros automáticos.
“Asimismo, se han destruido completamente 16 sucursales bancarias y 21 sucursales han sido destruidas entre un 20 y 40 por ciento”, ha indicado el funcionario iraní para luego informar del robo a los 11 bancos.
En los últimos días, agitadores se han aprovechado de las protestas por la muerte de Mahsa Amini, de 22 años —acaecida en un hospital días después de que fuera detenida por la Policía— para atentar contra el orden público, provocando disturbios y agresiones contra las fuerzas de seguridad y destruyendo propiedades públicas y privadas.
Las autoridades iraníes ven las huellas de Estados Unidos, Israel y varios Estados europeos en los recientes actos vandálicos y la violencia callejera en el país persa y aseguran que actuarán con firmeza ante los que atentan contra la seguridad y la paz de Irán, la isla de seguridad en una volátil región.
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