El buque Handala, operado por la Coalición de la Flotilla de la Libertad (FFC, por su sigla en inglés), que llevaba a 21 activistas, entre ellos eurodiputados y activistas de medios, así como un cargamento de ayuda, incluido pañales y leche a Gaza, fue abordado y confiscado la medianoche del sábado por las fuerzas israelíes en las aguas internacionales, a 64 km de la Franja de Gaza.
Mediante un comunicado emitido este domingo, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) ha calificado el asalto de los comandos israelíes al barco de “una nueva forma de terrorismo y piratería marítima” que supone un claro desafío a la conciencia y la voluntad de la humanidad.
HAMAS, con sede en Gaza, ha denunciado que el régimen israelí, al capturar el barco, demostró una vez más su negativa a comprometerse con las normas humanitarias y el derecho internacional.
El ataque se produjo, “mientras Gaza se enfrenta a una guerra abierta, una política de hambruna sistemática y un asedio brutal”, reza la nota.
Las autoridades de Gaza han advertido que el bloqueo israelí ha reducido gravemente los suministros de fórmula para lactantes poniendo a más de 100 000 niños menores de dos años, incluidos 40 000 bebés, en riesgo de muerte en cuestión de días.
Por su parte, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) ha condenado enérgicamente el asalto israelí al barco, haciendo un llamamiento a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos para romper el bloqueo inhumano impuesto a la Franja desde 2007.
Asimismo, la oficina de prensa del gobierno de Gaza, ha declarado a Al Jazeera que la confiscación del buque representaba una “flagrante violación” del derecho internacional, y ha instado a la comunidad internacional, incluida las Naciones Unidas, a “adoptar una postura urgente y firme contra esta agresión y a trabajar para garantizar la protección internacional de los convoyes”.
Detención de activistas por Israel es arbitraria e ilegal
Ann Wright, miembro del comité directivo de la Coalición de la Flotilla de la Libertad, a su vez, condenó el abordaje del barco y el arresto de activistas a bordo por el ejército israelí, subrayando que Israel no tenía “autoridad legal para detener a civiles internacionales a bordo”.
“Esto no es un asunto de la jurisdicción interna israelí”, declaró Wright, agregando que “se trata de ciudadanos extranjeros que operan bajo el derecho internacional en aguas internacionales. Su detención es arbitraria, ilegal y debe cesar”.
Se trata del segundo asalto israelí en un mes a un barco de ayuda para Gaza. El pasado mes de junio, la flotilla ‘Madleen’, que transportaba ayuda humanitaria y a varios activistas propalestinos, fue rodeada por el ejército sionista y sus pasajeros fueron arrestados.
Desde que Israel inició su campaña de genocidio contra Gaza el 7 de octubre de 2023, ha matado al menos a 59 676 personas y ha herido a 143 965, en su mayoría, niños y mujeres.
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