En declaraciones ofrecidas el jueves en una conferencia de prensa, Guterres advirtió de que “la situación en Gaza está empeorando”, y que el pueblo enfrenta a la hambruna y la propagación de las enfermedades, además de la muerte y la destrucción causadas por las operaciones militares.
Denunció que las limitadas operaciones humanitarias de la ONU siguen enfrentándose a denegaciones, retrasos, obstáculos y múltiples riesgos, incluido el conflicto. Al respecto, anunció que uno de los convoyes de ayuda del organismo resultó dañado por la artillería naval israelí a principios de esta semana, y que en enero, sólo 10 de los 61 convoyes previstos llegaron a su destino en el norte.
Guterres enfatizó que la ciudad de Rafah (sur de Gaza) se encuentra gravemente amenazada y la mitad de la población de Gaza ya se concentra en Rafah y viven en refugios muy hacinados, en condiciones insalubres, sin agua corriente, electricidad y alimentos suficientes.: “No tienen adónde ir, sin hogar ni esperanza”, subrayó.
El número uno de la Organización de las Naciones Unidas agregó que las repetidas hostilidades sangrientas y décadas de tensión y ocupación no han logrado brindar un Estado a los palestinos ni seguridad a los israelíes. Al respecto, afirmó que necesitamos la paz en todas sus dimensiones.
Israel, para compensar su fracaso en la operación sorpresa de Tormenta de Al-Aqsa, lanzada por el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) el 7 de octubre, ha cerrado todos los cruces de la Franja de Gaza y está bombardeando esta zona.
La entrada de ayuda humanitaria está siendo tan escasa que la ONG Human Rights Watch (HRW, ‘Observatorio de Derechos Humanos’) ha acusado a Israel de usar “deliberadamente” el hambre como arma de guerra contra los civiles palestinos de Gaza.
msm/hnb