Los resultados de un sondeo realizado en los territorios ocupados por el instituto de estudios de seguridad de Israel y publicado el martes por el canal israelí de televisión i24News, demuestran que la mayoría de los ciudadanos israelíes creen que “el régimen israelí no ganó la última guerra en Gaza”.
Además, los encuestadores indican que Israel ha perdido las guerras de las últimas dos décadas, mientras que las autoridades israelíes han considerado como una victoria no tener bajas propias en las guerras.
Por su parte, Tzipi Yisraeli, investigador principal del instituto, dijo que después de la guerra de los 33 días de Israel contra El Líbano en 2006, se llevó a cabo una encuesta similar con los mismos resultados.
Conforme a Yisraeli, las guerras de 1967 y 1972 equivalían a guerras existenciales para Israel, mientras que desde la guerra de El Líbano, los israelíes se acostumbraron a rondas de batallas ocasionales y no existenciales, y la ecuación de seguridad se ha convertido en forma de mantener la calma para ellos.
Los últimos grandes enfrentamientos entre las fuerzas israelíes y las de la Resistencia palestina en la Franja de Gaza se registraron el pasado mayo. Esta ronda de tensiones se produjo luego de masivas protestas a raíz de las políticas represivas del régimen israelí contra los palestinos en Al-Quds (Jerusalén), así como por la orden de desalojo de las familias palestinas del barrio de Sheij Yarrah, en la misma ciudad.
La Resistencia palestina llamó reiteradas veces a parar la agresión y la represión, pero el régimen israelí hizo oídos sordos, causando la muerte de al menos 260 palestinos, entre ellos 66 niños y 40 mujeres, en la Franja de Gaza.
Ante tal situación, los grupos de la Resistencia palestinos, como la Yihad Islámica Palestina y el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), lanzaron ataques masivos de represalia con más de 3000 cohetes y misiles a distintas partes de los territorios ocupados por Israel, de los cuales la mayoría lograron burlar el sistema antimisiles de Israel, conocido como Cúpula de Hierro.
Ante tal coyuntura, Israel aceptó un cese el fuego bilateral con los grupos de la Resistencia palestinos en el enclave, lo que según la Resistencia palestina significaba “admitir el fracaso y huir del campo de batalla”, donde fue humillado.
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