Casi la cuarta parte del territorio mexicano está destinado a alguna concesión extractivista y a pesar de que el gran recurso de México ha sido el petróleo. La fundación Heinrich Böll, advierte que la nueva amenaza que enfrenta México es la exploración y explotación de petróleo no convencional, el petróleo de aguas profundas y el gas por la vía del fracking.
Con la reforma energética del 2013, el Gobierno federal apostó por el uso del gas natural para la generación de energía eléctrica y uso doméstico. Lo ha presentado como una energía limpia, pero la realidad es otra. El proceso de extracción y transporte del gas natural es una energía tan o más sucia que el propio carbón. Y con el fracking, esto se pondrá peor.
Otro de los grandes problemas actuales de la industria de los hidrocarburos en México, es la corrupción. La paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), ha sufrido pérdidas de casi 2 mil millones de dólares anuales por el robo de combustible en los miles de tomas clandestinas.
El desarrollo de la industria de los hidrocarburos en México tiene riesgos. Sin embargo, organizaciones civiles dicen que no existe por parte del gobierno la información suficiente sobre que tanto daño está haciendo al medio ambiente. México una vez más está atrasado en dar información a la población en esta industria tan importante para el desarrollo nacional.
Arturo Calvillo, Ciudad de México.
mhn/rba
