Inmediatamente después de que un ataque con drones matara a Wissam Mohammed ‘Abu Baqer Al-Saadi’, comandante a cargo de las operaciones de Kataeb Hezbolá en Siria, junto a otros dos de sus compañeros, en el barrio Mashtal en el este de Bagdad (la capital de Irak), los ciudadanos han acudido en masa al lugar del asesinato y corearon consignas contra la Administración estadounidense y refrendaron su apoyo a la Resistencia.
“Alá es grande, Estados Unidos es el gran Satán”, se escucha gritar a los manifestantes, en un vídeo publicado en las redes sociales.
Los fallecidos por el impacto de cohetes al vehículo en que viajaban eran líderes del poderoso movimiento Kataeb Hezbolá y del movimiento Hezbolá Al-Nuyaba, ambos pertenecientes a las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), consideradas parte de las Fuerzas Armadas de Irak.
Poco después del incidente, el Mando Central de las Fuerzas Armadas de EE.UU. (Centcom) confirmó que sus fuerzas llevaron a cabo “un ataque unilateral en Irak en respuesta a los ataques contra miembros del servicio estadounidense, matando a un comandante de Kataeb Hezbolá, responsable de planificar y participar directamente en los ataques contra las fuerzas estadounidenses en la región”.
تظاهرات أمام بوابة الخضراء من جهة المعلق تنديداً بالعدوان الأميركي pic.twitter.com/d7T2tJkB0n
— قناة النجباء الفضائية (@NujabaTv) February 7, 2024
Los iraquíes también se han congregado cerca de la embajada de Estados Unidos ubicada en la ‘Zona Verde’, en el centro de Bagdad, para repudiar el ataque contra los jefes de la Resistencia.
El incidente se produce en medio de una escalada de tensiones entre Washington y los grupos de la Resistencia en la región de Asia Occidental, en particular en Siria e Irak.
La Resistencia Islámica en Irak se ha atribuido la responsabilidad de la mayoría de los ataques contra bases de Estados Unidos, los cuales se han intensificado en rechazo al patrocinio de Washington a la guerra del régimen de Israel contra Gaza.
Washington bombardeó decenas de sitios en Irak y Siria, en lo que llamó “represalia” a una operación con drones que provocó la muerte de tres soldados estadounidenses en una base militar en Jordania a finales del mes pasado.
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