“Los enemigos buscaban la caída de Bagdad, pero los mártires Al-Muhandis y Soleimani actuaron como una fuerte barrera contra ellos”, ha resaltado este sábado Jalid al-Mala, jefe de la asociación de clérigos suníes de Irak, durante un acto para conmemorar el aniversario del asesinato del teniente general iraní Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, y de Abu Mahdi al-Muhandis, subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi en árabe).
Al-Mala ha lamentado la operación terrorista perpetrada por Estados Unidos que causó la muerte de estos dos héroes, argumentando que el país norteamericano asesinó a Soleimani y Al-Muhandis en una “operación injusta y cobarde” debido a que no pudo enfrentar a estos dos nobles que “frustraron todos los planes de Occidente” en la región, sacrificando sus vidas por Irán e Irak.
Por otro lado, ha subrayado que, si no fuera por el ayatolá Seyed Ali Jamenei, Líder de la Revolución Islámica de Irán, y Seyed Hasan Nasralá, líder del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), no habría la Resistencia.
La madrugada del 3 de enero de 2020, Qasem Soleimani junto con Abu Mahdi al-Muhandis y algunos de sus compañeros fueron asesinados en un ataque aéreo de tropas de EE.UU. en Bagdad, por orden directa del entonces presidente estadounidense, Donald Trump.
Ambos comandantes eran admirados por su lucha contra el grupo terrorista Daesh, patrocinado por Estados Unidos, en la región de Asia Occidental, especialmente en Irak y Siria.
El crimen de Estados Unidos contra Soleimani y sus compañeros ha generado una ola de condenas y rechazos hacia Washington tanto en Irán como en Irak. Los grupos de la Resistencia dicen que su pueblo no olvidará el papel del prominente militar iraní en la lucha contra el terrorismo.
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