El martes, decenas de iraquíes irrumpieron en el complejo de la embajada de Estados Unidos en Bagdad, la capital, para expresar su enfurecimiento tras los ataques aéreos estadounidenses del domingo contra varias posiciones del Movimiento de Resistencia Islámica de Irak, conocido como Kataeb Hezbolá, en el distrito de Al-Qaim, en la provincia de Al-Anbar (oeste) —con un saldo de al menos 31 muertos y decenas de heridos —.
Medios locales informan de que alrededor de 60 personas han resultado heridas debido a la brutal represión de la protesta por parte de los guardias estadounidenses de la embajada, que lanzaban gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.
El asalto a “la embajada del mal, el espionaje y la conspiración estadounidense en Bagdad ha constituido la primera lección del primer capítulo de las páginas de la dignidad y el coraje de los iraquíes”, comunicó el martes Kataeb Hezbolá, que forma parte de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe).
El Hezbolá iraquí le alertó al presidente estadounidense, Donald Trump, que con el ataque contra sus posiciones, “cometió una gran locura que sin duda lo derrocará a él y a sus mercenarios en Irak y la región” del oeste de Asia.
La nota, de seguido, asegura que EE.UU. recibirá la segunda lección, al ser aprobada la ley de la expulsión de las fuerzas de ocupación estadounidenses, promete.
Dentro del marco del creciente sentimiento antiestadounidense —reforzado después de la última agresión de Washington en el territorio de Irak— más de un centenar de diputados del país árabe firmaron una petición para que se debata la expulsión de tropas extranjeras de Irak.
De hecho, las fuerzas populares, así como varios responsables de Irak, responsabilizan a EE.UU. del respaldo a los grupos terroristas y la reciente ola de violencia y caos en el país y denuncian el acuerdo de cooperación irako-estadounidense, en virtud del cual hay más de 5000 soldados norteamericanos en Irak.
En defensa de la soberanía nacional y las fuerzas populares, el Gobierno de Bagdad ya ha enviado un mensaje de protesta al Departamento de Defensa de Estados Unidos (el Pentágono) y ha expresado su rotunda oposición al ataque a las posiciones de Al-Hashad Al-Shabi, que forman parte de las Fuerzas Armadas iraquíes.
Pese al rotundo rechazo de los iraquíes, EE.UU., alarmado por el ataque a su sede diplomática con Irak, anunció ayer martes que enviará inmediatamente 750 soldados a Oriente Medio. Además, el secretario estadounidense de Defensa, Mark Esper, ha anunciado el envío de infantes de marina adicionales para reforzar la seguridad de su legación diplomática.
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