En Estados Unidos, la enfermedad es sinónimo de bancarrota y movilidad social, a la inversa. A pesar de ser el país más rico de la tierra, en casa propia, el acceso a la salud es un lujo que pocos pueden costear.
Durante décadas, los estadounidenses demandan acceso universal a la salud. Sin embargo, ocurre al contrario; el monopolio de la salud es controlado por un cartel de corporaciones. La creciente influencia político-económica de este este sector es intrumental en la introducción de legislaciones favorables al lucro de las oligarquías.
Según datos completos del año 2024 y datos incompletos del periodo 2025 y según el Centro de Control de Enfermedades Infecciosas o CDC en Estados Unidos, alrededor de 27 millones de estadounidenses carecen de cobertura de salud básica; mientras que por lo menos 38 millones de ciudadanos tienen cobertura de salud insuficiente.
Con lo cual, otros datos sugieren que en total, entre 55 y 60 millones de personas pertenecerían a estos dos grupos: Aquellos sin acceso a cuidados de la salud y aquellos, cuya cobertura existente en el esquema de aseguranza con subsidios, ya no es asequible en términos de co-pagos.
Marcelo Ali Sánchez, Washington.
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