Según ha informado la Policía griega, unos 1300 refugiados de distintas nacionalidades han bloqueado con sus tiendas las vías del tren que une estos dos Estados europeos.
Lo sentimos por Francia, pero no somos peligrosos", reza una pancarta portada por los manifestantes en Grecia
La indignación surgió a raíz de que Serbia y Macedonia decidieran limitar el cruce de la frontera a las personas que huyen de las zonas de conflicto en Siria, Irak y Afganistán, lo cual impide que migrantes de otras nacionalidades —no precedentes de zonas de guerra— pasen del norteño pueblo de Idomeni en Grecia a la sureña ciudad de Gevgelija en Macedonia.

"Lo sentimos por Francia, pero no somos peligrosos", reza una pancarta portada por los manifestantes.
De igual modo han pedido "libertad", insistiendo en que ellos no son "terroristas". Un número indeterminado también ha comenzado una huelga de hambre.
El ministro griego de política migratoria, Ioannis Mouzalas, que ha viajado en la misma jornada del sábado a Idomeni, indica que la situación comenzó cuando Eslovenia, miembro de la Unión Europea (UE) e integrante del espacio Schengen al igual que Grecia, prohibió la entrada de algunos migrantes.
Según Mouzalas, esa decisión provocó "un efecto dominó" para los países vecinos, Macedonia y Serbia, que no son miembros de la UE ni del espacio Schengen.
"Grecia tiene un plan para ayudar a esa gente" a dejar Idomeni e instalarse, en un primer momento, en centros de acogida situados en otras regiones helenas, ha afirmado.
La UE ha confirmado que 800 000 migrantes han llegado en el año 2015 a Europa a través del mar, lo que se considera una afluencia sin precedente de refugiados que proceden, especialmente, de países afectados por el terrorismo.
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