Letonia, Lituania y Estonia, tres Estados miembros de la Unión Europea (UE), han impuesto recientemente diferentes limitaciones al tráfico aéreo hacia y desde Bielorrusia, acusando a Minsk de desviar un avión para arrestar a un periodista disidente.
“Ellos perderán mucho más por decidir bordear Bielorrusia”, ha afirmado Lukashenko en un acto realizado este martes en el Palacio de la Independencia en Minsk, capital de Bielorrusia, según recogen medios locales.
En este sentido, ha pedido al primer ministro de Bielorrusia, Román Golóvchenko, “no dar largas” a la solución a este problema, sin embargo, ha enfatizado que este conflicto entre Minsk y el Occidente debe hacerse de una manera “cuerda”.
El jefe de Estado bielorruso ha ofrecido también detalles sobre su última reunión con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en la ciudad rusa de Sochi, explicando que las dos partes acordaron trabajar en una reacción conjunta a las sanciones occidentales.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes de la Asamblea Nacional bielorrusa, Vladímir Andréichenko, ha alertado que los países occidentales están utilizando el aterrizaje de emergencia para vilipendiar la imagen del país.
“El aterrizaje se realizó a petición de la tripulación, pero, hasta la fecha, sin esperar una investigación, sin crear ninguna comisión, Bielorrusia fue declarada culpable”, ha lamentado.
El domingo de la semana pasada, un avión de Ryanair, con más de 120 pasajeros a bordo, que cubría la ruta entre Atenas y Vilna, realizó un aterrizaje de emergencia en Minsk por un aviso de bomba que resultó falso.
Las fuerzas de seguridad bielorrusas no encontraron bomba alguna en el avión, pero, en cambio, procedieron al arresto de Román Protasevich, ex editor jefe del canal Nexta, en Telegram, considerado un extremista en Bielorrusia y uno de los más acérrimos detractores de Lukashenko.
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