“Arabia Saudita fue quien inició el problema con El Líbano […] No tenemos ninguna exigencia al respecto, salvo dejar de interferir en nuestros asuntos internos”, ha afirmado este miércoles el subsecretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), el sheij Naim Qasem, tal y como recoge el canal de televisión libanés Al-Manar.
El alto funcionario de Hezbolá también ha puesto en relieve que El Líbano es un país independiente que no acepta la subordinación a nadie.
A finales del mes pasado, Arabia Saudí expulsó al embajador libanés, Fawzi Kabara, y prohibió todas las importaciones de El Líbano, así como el viaje de los ciudadanos saudíes al territorio libanés. Siguiendo los pasos de Riad, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Kuwait y Bahréin ordenaron también a los embajadores de El Líbano que salieran de sus territorios.
Riad alegó haber tomado estas decisiones en respuesta a las declaraciones del ministro libanés de Información, George Kordahi, cuando aún no ocupaba su cargo, en las que exigía poner fin a la guerra de Yemen, describiendo como “inútil” la contienda bélica de casi siete años impuesta por Arabia Saudí y sus aliados contra el país devastado por la guerra.
Arabia Saudí y algunos de sus aliados llevan una guerra devastadora contra Yemen desde 2015 con el objetivo de restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi y aplastar al movimiento popular yemení Ansarolá, objetivo que no han podido materializar pese al apoyo integral que reciben de parte del Occidente.
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