Las tensiones entre Riad y Beirut han aumentado tras hacerse viral en redes sociales unas declaraciones del actual ministro de Información libanés, George Kordahi, cuando aún no ocupaba el cargo, en las que exigió poner fin a la guerra de Yemen, describiendo como “inútil” la guerra de casi siete años impuesta por la alianza saudí contra el país más pobre del mundo árabe.
En reacción, Riad, además de exigir la salida de Kabara, prohibió todas las importaciones de El Líbano, así como el viaje de los ciudadanos saudíes al territorio libanés.
Ante tal coyuntura, el presidente del Comité Supremo Revolucionario yemení, Muhamad Ali al-Houthi, se ha solidarizado este sábado con Beirut y ha pedido al Gobierno de Salvación de Yemen que celebre una reunión urgente para aprobar la detención de la importación de todos los productos de Arabia Saudí.
En esta misma línea, el portavoz de Ansarolá, Muhamad Abdel Salam, ha señalado que la insistencia de Arabia Saudí en continuar con sus políticas arrogantes no justificará la severa derrota del reino árabe en su agresión a Yemen.
Tras la publicación de palabras de Kordahi, tanto Arabia Saudí, como sus aliados regionales —los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Baréin y Kuwait— convocaron el miércoles a sus enviados libaneses.
Es más, Arabia Saudí ha retirado a su embajador en El Líbano, Walid Bujari, que este sábado abandonó Beirut rumbo a Riad; también dio el viernes por la noche (hora local) 48 horas para abandonar el reino al embajador libanés, Fauzi Kabbara.
Mientras que Baréin se unió el viernes a las medidas saudíes, este sábado lo han hecho Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos, expulsando al embajador de El Líbano y retirando a sus propios embajadores en aquel país.
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