En su apoyo ciego e indiferente a los llamados internacionales para un alto al fuego inmediato en el sitiado enclave palestino, la Administración de Joe Biden ha pasado incluso por encima del Congreso estadounidense, al aprobar una venta a la entidad sionista de cerca de 14 000 cartuchos de munición para tanques valorados en más de 106 millones de dólares.
Una operación de este calibre debería ser aprobada por el órgano legislativo, pero este requisito ha sido violentado con la justificación de que “existe una emergencia que requiere la venta inmediata al régimen de Israel de los artículos y servicios de defensa antes mencionados en interés de la seguridad nacional de los Estados Unidos”, apunta un comunicado del Departamento de Estado estadounidense.
“Estados Unidos está comprometido con la seguridad de Israel y es vital para sus intereses nacionales, ayudar a Israel a desarrollar y mantener una capacidad de autodefensa fuerte y preparada”, afirma el texto.
El anuncio de Washington del millonario envío de municiones a su “socio fuerte” en Asia Occidental llega pocas horas después de que Estados Unidos usara el viernes su poder de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) para frenar una resolución dirigida a concretar un alto al fuego inmediato en la Franja de Gaza.
El CSNU convocó la reunión de emergencia para escuchar al secretario general, António Guterres, que por primera vez invocó el artículo 99 de la Carta de las Naciones Unidas, la cual permite al secretario exponer amenazas para la paz y la seguridad internacionales. Guterres advirtió de una “catástrofe humanitaria” en Gaza e instó al Consejo a exigir un alto el fuego humanitario.
En tal sentido, el representante estadounidense ante la ONU, Robert Wood, ha declarado que su país no apoya la iniciativa de Guterres, con el pretexto de que el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) “no desea ver una paz duradera, una solución de dos Estados” y “sigue representando una amenaza para Israel”.
El diplomático norteamericano ha ido incluso más allá al utilizar el término “nuestro pueblo” al referirse a los colonos israelíes que viven en las tierras ocupadas de Palestina.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha expresado este domingo el agradecimiento del régimen sionista al presidente Joe Biden por el veto de Estados Unidos a la resolución en la ONU y el envío de las mencionadas 14 000 municiones.
Según el premier israelí, Washington “se ha posicionado de manera correcta y justa” al frenar cualquier iniciativa para una tregua en Gaza y por la asistencia material que brinda al ejército de ocupación.
Fuentes sionistas han informado que Estados Unidos envió más de 10 000 toneladas de equipamiento militar a las fuerzas armadas de Israel desde el inicio de la agresión contra la Franja de Gaza.
El régimen de Tel Aviv desató una guerra genocida contra el sitiado enclave palestino como represalia por la operación Tormenta de Al-Aqsa, ejecutada por HAMAS el 7 de octubre último en respuesta al recrudecimiento de los crímenes israelíes contra el pueblo de Palestina.
Los indiscriminados bombardeos y la ofensiva terrestre del régimen sionista contra Gaza han dejado saldo de al menos 17 700 civiles muertos, en su mayoría mujeres y niños, mientras alrededor de 48 000 personas resultaron heridas.
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