La semana pasada, cinco personas fueron arrestadas y acusadas de “terrorismo doméstico” en Atlanta, estado de Georgia, sur de EE.UU., tras un enfrentamiento con agentes de la ley en un sitio que se convertirá en un centro de entrenamiento de última generación para la policía.
La instalación, conocida como ‘Cop City’ ha sido objeto de polémica, quienes critican el proyecto dicen que generará un incremento en los casos de abuso policial contra las comunidades afroamericanas en los alrededores del bosque Weelaunee, en el suroeste de la ciudad, y causará destrucción ambiental en tierras ancestrales.
Un representante de un grupo que apoya la protesta, el Fondo de Solidaridad de Atlanta, declaró a un medio local, Atlanta Journal Constitution (AJC), que los arrestados eran ‘manifestantes políticos legítimos’ que solo lanzaron ‘piedras y botellas’ para oponerse a su arresto, y denunció que la policía usó ‘medidas extremas e injustificadas’ contra ellos, incluyendo ‘botes de gas lacrimógeno y balas de pimienta’.
Y viene la contradicción
En un caso reciente, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, a fines de noviembre elogió lo que llamó “notables demostraciones de valor en todo Irán” durante los disturbios en los que muchos agentes de seguridad y civiles inocentes perdieron la vida a manos de vándalos durante disturbios, creados en el país persa.
Blinken destacó en una entrevista con el canal norteamericano NBC el “coraje extraordinario” de las mujeres iraníes y dijo que Estados Unidos ha sancionado a los involucrados en tratar de “reprimir” a los manifestantes en el país persa.
EEUU alienta a otros a apoyar los disturbios en Irán
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Ned Price, dijo el lunes que Washington alienta a otros países a “apoyar a esos valientes manifestantes en Irán”.
En línea con el enfoque injerencista de Occidente desde el inicio de los disturbios en Irán, Price señaló que EE.UU. y los socios europeos han tomado medidas para facilitar las comunicaciones dentro y fuera de Irán, lo que incluye permitir que las empresas de tecnología envíen equipos a Irán sin temor de violar las sanciones.
¿Acaso EEUU tiene moral para hablar de DDHH?
Estados Unidos, el régimen de Israel y algunos países europeos han explotado la muerte de la joven iraní Mahsa Mahsa, en septiembre, para incitar a la violencia y el terrorismo en Irán. Washington y sus aliados occidentales también han intensificado las sanciones al país persa por la supuesta “represión” de las protestas.
El Gobierno iraní, a su vez, ha dejado en claro que EE.UU. no puede hablar de los derechos humanos cuando está vulnerando sistemáticamente los derechos del pueblo iraní, en especial mujeres y niños, al mantener ‘la presión máxima’ contra Irán.
EE.UU. no solo viola los derechos humanos en otros países, también tiene un historial de casos en su propio territorio que ponen a las autoridades en el ojo del huracán. Basta con recordar las numerosas evidencias de discriminación racial, delitos con armas de fuego y la violencia ejercida por parte de las fuerzas del orden.
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