La campaña para la reelección del presidente estadounidense, Donald Trump, ha confirmado que seis de los trabajadores vinculados con el evento político realizado la noche del sábado en Tulsa, dieron positivo por el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
La referida campaña ha alegado, no obstante, que los infectados habían sido puestos en cuarentena, por lo que no participaron en el acto de proselitismo.
La noticia sale a la luz en medio de férreas críticas al mandatario republicano por organizar el mitin, en un estadio con capacidad para 19 000 personas, y ante la grave crisis sanitaria por el coronavirus y las multitudinarias marchas antirracistas en todo Estados Unidos.
De hecho, el estado de Oklahoma ha informado recientemente de un récord de contagios diario, algo que, al parecer, no importa nada a Trump, quien en una entrevista con el portal local Axios recomendó el viernes “a la gente que haga lo que quiera”.
La ciudad de Tulsa fue la sede de una de las peores masacres de afroamericanos de la historia, cuando en 1921 unos 300 negros fueron asesinados por grupos blancos.
El mitin de Trump coincidía, además con la conmemoración del 155.º aniversario de ‘Juneteenth’ o la liberación de los últimos esclavos negros en 1865 y la abolición de la esclavitud que se realizó el viernes.
En este contexto, muchos analistas y activistas condenaron que el mitin electoral de Trump ponía de manifiesto su ignorancia respecto a los temas mencionados, y eso en momentos críticos cuando el país es escenario de protestas contra el racismo por el asesinato del afrodescendiente George Floyd a manos de un agente de policía blanco.
La mala gestión de Trump ante el nuevo coronavirus, así como las protestas contra la violencia policial y el racismo en Estados Unidos han suscitado gran indignación entre el pueblo estadounidense, que según recientes encuestas, perdería en las próxima elecciones presidenciales frente al demócrata Joe Biden.
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