• Senador republicano Lindsey Graham habla ante los periodistas, en Capitol Hill, Washington (la capital estadounidense), 19 de marzo de 2020. (Foto: AFP)
Publicada: miércoles, 13 de mayo de 2020 8:30

Senadores republicanos propusieron un proyecto de ley que permite al presidente Donald Trump sancionar a China si no coopera en investigaciones sobre COVID-19.

La iniciativa, titulada como “Ley de Responsabilidad COVID-19”, fue presentada el martes por el destacado senador republicano y estrecho aliado de Trump en el Congreso estadounidense, Lindsey Graham, con el objetivo de autorizar al mandatario implementar sanciones económicas y políticas de gran escalada a Pekín en torno a la investigación sobre el origen del nuevo coronavirus, causante de la enfermedad COVID-19, liderada por Estados Unidos.

Graham reclamó que China se había negado a permitir que los investigadores estudiaran cómo se inició el brote y dijo estar convencido de que si no hubiera sido por el “engaño” del Gobierno chino, el virus no estaría en Estados Unidos. Estas declaraciones de Graham se produjeron mientras que el Gobierno chino aseveró el pasado 8 de mayo que Pekín está “abierto a una investigación internacional” para dar con el origen del coronavirus.

Sin embargo, la legislación tiene el patrocinio de otros senadores republicanos, por lo que, Roger Wicker, uno de los senadores que están a favor de la iniciativa, dijo que “esta legislación autorizaría al presidente a tomar medidas apropiadas contra el Gobierno chino para garantizar que no ocurran brotes similares en el futuro”.

 

El Gobierno estadounidense, a través de dicho proyecto, impondría una serie de sanciones al país asiático, como congelación de activos, la prohibición de viajar y la revocación de visados, así como restricciones a los préstamos a empresas chinas y la prohibición de que compañías chinas coticen en las bolsas de Estados Unidos.

Desde el principio de la propagación de COVID-19, en diciembre de 2019, Donald Trump ha dicho en varias ocasiones que la letal enfermedad es “made in China”, aun cuando ni los científicos estadounidenses ni los del resto del mundo han hallado pruebas sólidas para probar el origen de la pandemia. Según varios expertos, la postura del presidente estadounidense se debe a la finalidad de huir de su responsabilidad por la situación que vive su país a causa de su negligencia.

Pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Dirección de Inteligencia Nacional de EE.UU. y varios expertos científicos han negado cualquier posibilidad de fuga, la Administración de EE.UU asegura que cuenta con una “enorme evidencia” de que el temible virus se originó en un laboratorio de Wuhan.

Sin embargo, aunque EE.UU. intenta echar la culpa de la pandemia a China y la acusa de producir el virus en sus laboratorios, el pasado marzo, el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Zhao Lijian, había asegurado que el origen de COVID-19 se hallaba en realidad en EE.UU., señalando que el Ejército del país norteamericano podría haber llevado el nuevo coronavirus a la ciudad china de Wuhan, que se conoce como la fuente de la pandemia.

La pandemia de la COVID-19 sigue propagándose muy rápido por el mundo. Hasta el momento, la enfermedad ha sido contraída por cerca de 4,4 millones de personas en todo el orbe. EE.UU., debido a la negligencia de su Gobierno, ya encabeza la lista de las naciones con más contagios y muertos por el coronavirus, con más de 1,4 millones de casos diagnosticados y aproximadamente 83 500 decesos.

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