En su discurso, el presidente de EE.UU., Donald Trump, habló de un sistema de alerta temprana que ayudó a la pronta dispersión de tropas en la base atacada durante la lluvia de misiles, ¿y cómo es que sus sistemas de alerta no lograron derribar ni un solo misil iraní?
El inquilino de la Casa Blanca había amenazado, con fecha anterior, con responder a un posible ataque iraní con una airada represalia contra 52 puntos del país persa, pero ahora baja el tono e insta a las autoridades iraníes a dialogar y, como siempre, hay nuevas sanciones. “EE.UU. está dispuesto a la paz”, dice Trump.
Como si se le hubiera olvidado que la madrugada del pasado jueves fue él quien ordenó el asesinato del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, y sus compañeros, figuras destacadas en la lucha antiterrorista, en una cruel embestida nocturna en Bagdad, capital iraquí.
En otra parte de su alocución, alegó que Irán “parece estar retirándose” del oeste de Asia, pero la verdad es que, según varios informes, es Estados Unidos el que va a sacar a sus tropas de la región tras el ataque iraní.
Cabe recordar que la aplastante ofensiva iraní fue la primera acometida contra una base militar estadounidense desde el ataque japonés, por sorpresa, a Pearl Harbor en 1941.
Trump también dice que el comandante persa que asesinó la semana pasada tenía las manos manchadas de la sangre de muchos iraníes, y es que una imagen vale más que mil palabras.
Más de 10 millones de iraníes acudieron a las calles en diferentes puntos de Irán para participar en el funeral de este héroe nacional, al que Trump tacha de “terrorista”.
Además, dice que la furia iraní causó “solo un mínimo daño en nuestras bases militares”, no obstante, las imágenes satelitales contradicen esta alegación.
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