“Mientras la caravana sea una preocupación, nuestro Ejército estará ahí fuera. Tenemos sobre 5000 (soldados). Alcanzaremos un punto entre 10 000 y 15 000 en cuanto al personal militar”, ha declarado este miércoles el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, antes de partir rumbo a Fort Myers, en el estado de Florida (sureste de EE.UU.).
Asimismo, ha subrayado que “es peligroso” que esta “gran cantidad de gente” entre en EE.UU., para después afirmar que “no vamos a permitir que llegue gente a nuestro país que no tenga en mente el bienestar de nuestro país” y asegurar que “quiero que venga gente pero que lo haga legalmente”.
Por otro lado, ha amenazado de nuevo a Honduras, Guatemala y El Salvador con la posibilidad de paralizar “de inmediato” las ayudas que perciben del país norteamericano, pues, a su juicio, dichas naciones “no han hecho nada por el pueblo estadounidense”.
Mientras la caravana (de migrantes) sea una preocupación, nuestro Ejército estará ahí fuera. Tenemos sobre 5000 (soldados). Alcanzaremos un punto entre 10 000 y 15 000 en cuanto al personal militar”, declara el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El magnate republicano ha ordenado el despliegue de 5200 militares y, de acuerdo con fuentes consultadas por Reuters, el Departamento estadounidense de Defensa (el Pentágono) tiene en reserva otro contingente, compuesto por unos 7000 soldados, para que se unan al operativo en el caso de que fuera necesario.
Varias organizaciones humanitarias se han manifestado en contra de las medidas hostiles de EE.UU. —sobre todo las de su presidente— hacia los migrantes, que arriesgan sus vidas para huir de la violencia presente en sus países de origen y marchan hacia un país que no respeta ni siquiera su dignidad.
Huyendo de la violencia, la extorsión y la pobreza, unos 3000 hondureños salieron de su país el pasado 13 de octubre con destino a EE.UU. El número de los emigrantes aumentó luego hasta los 7000 al paso de la caravana por Guatemala y México.
Para bloquear a las caravanas, la Administración norteamericana ha amenazado con detener y deportar a los migrantes que entren en Estados Unidos sin autorización.
Dada la negativa de Trump a permitir que los migrantes entren en EE.UU., varios analistas advierten de que Washington está planeando retomar su polémica práctica de separación de familias y encarcelación de menores.
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