• Una prueba de una bomba atómica de Estados Unidos.
Publicada: miércoles, 19 de julio de 2017 22:11
Actualizada: jueves, 20 de julio de 2017 0:33

Una nueva investigación advierte de que el uso de un número limitado de armas nucleares es suficiente para causar graves daños a la vida en la Tierra.

Un estudio realizado por la Universidad de Nebraska-Lincoln, según informó el martes la página Web IFL Science, advierte de que hasta el uso de pocas armas nucleares modernas es suficiente para que un otoño nuclear —periodo de bajas temperaturas y pérdida de cosechas y disminución de luz solar resultante de explosiones atómicas— tenga lugar a lo largo y ancho del mundo.

Esto se debe al progreso de la industria de armas atómicas y el hecho de que ya la gran mayoría de las armas nucleares en el arsenal de diferentes países del mundo tiene una capacidad destructiva cientos y, en ocasiones, miles de veces mayor que las bombas atómicas lanzadas por EE.UU. sobre las ciudades japonesas de Nagasaki y Hiroshima en agosto de 1945, en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial.

En concreto, de acuerdo con el informe, un solo misil nuclear Dongfeng 5 (DF-5), con un alcance de unos 15.000 kilómetros, es suficiente para causar en el mundo un otoño nuclear y, de este modo, provocar sufrimiento en, muy probablemente, gran parte de la población de la Tierra y en especial en los países menos desarrollados.

Estamos perdiendo nuestros recuerdos de la Guerra Fría y estamos perdiendo nuestros recuerdos de lo importante que es este asunto. Aun un conflicto en el que no estén involucrados EE.UU. y Rusia puede incidir en nosotros y en todas las personas alrededor del mundo”, dice Tyler White, analista político y coautor del informe de la Universidad de Nebraska-Lincoln.

 

Por esta razón, asegura, ya la amenaza a la vida sobre la Tierra no proviene exclusivamente de grandes guerras nucleares entre potencias atómicas como Rusia y Estados Unidos (aunque ha crecido la posibilidad de un enfrenamiento nuclear entre estos dos países en los últimos años), sino que ahora también deviene de otros Estados y hasta de actores no estatales que, si consiguieran acceder a un arma nuclear, serían capaces de atentar contra la vida en la Tierra.

Además, la inseguridad y la presencia de grupos terroristas en algunos países nucleares como Paquistán —que tiene al menos 120 ojivas nucleares— aumenta el peligro de que, de un modo u otro, uno de estos dispositivos nucleares caiga en sus manos y que estos lo usen, provocando un otoño nuclear.

“Estamos perdiendo nuestros recuerdos de la Guerra Fría y estamos perdiendo nuestros recuerdos de lo importante que es este asunto. Aun un conflicto en el que no estén involucrados EE.UU. y Rusia puede incidir en nosotros y en todas las personas alrededor del mundo”, dice Tyler White, analista político y coautor del mencionado informe.

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