En una entrevista concedida a la Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión (AER), el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, calificó de “devastadores” los efectos que ha dejado en su país el largo temporal de lluvias que empezó en octubre de 2018, y que ha provocado hasta ahora 21 muertos y 49 heridos.
“El invierno está provocando efectos devastadores”, dijo el mandatario al referirse a sus visitas a las zonas afectadas por las intensas lluvias. En los últimos días Moreno, sobrevoló las áreas inundadas. Y ante esta situación el mandatario ha informado de que la costa ecuatoriana sufre el embate de la naturaleza.
Moreno manifestó que los aguaceros no tienen relación con el fenómeno de El Niño, que aumenta la temperatura promedio del planeta y origina cambios climáticos como lluvias y sequías, y señaló: “No es un fenómeno de El Niño, no configura un fenómeno de El Niño”.
El invierno está provocando efectos devastadores”, dice el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, sobre los efectos dejados en su país por un temporal de lluvias que empezó en el mes de octubre.
Esta no es la primera vez que este país sufre de fuertes inundaciones ocasionadas por las lluvias, estos temporales afectan casi siempre a la mayoría de las provincias de Ecuador, ocasionando deslizamientos, inundaciones y desbordamientos de ríos.
Según un balance global del Servicio Nacional de Riesgos y Emergencias, que se dio a conocer el lunes, los aguaceros que golpean a Ecuador desde el mes de octubre han afectado a 32 178 personas y también dejaron un saldo de 700 damnificados.
Por otra parte, el organismo de socorro también entregó un informe, precisando que la época invernal trajo consigo aluviones e inundaciones que destruyeron 120 viviendas y 8419 hectáreas de cultivos, infligió daños a unas 8 453 casas, a 201 infraestructuras educativas, 8 centros de salud y 26 668 hectáreas adicionales de sembríos.
Las extensas lluvias han afectado no solo a todo el territorio continental de Ecuador, entre las zonas dañadas también figuran las provincias fronterizas con Colombia (norte) y Perú (sur).
Seis provincias costeras están declaradas en alerta naranja (previa a la roja, de máxima peligrosidad) por las torrenciales precipitaciones.
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