La mayor parte de los análisis sobre el CGRI suelen poner el foco en sus capacidades militares, tanto internas como externas, pero olvidan, en la mayoría de los casos, intentar entender esta institución desde los principios políticos que articulan la República islámica.
La mayoría de análisis y artículos que analizan al CGRI lo hacen siempre sin tener en cuenta su dimensión islámica, más allá de cierto simbolismo. Esta omisión en el análisis invisibiliza cualquier posibilidad alternativa a la hora de comprender los orígenes del grupo, así como su peso -político, económico, cultural y social-, dentro del Irán actual. En otras palabras, podemos decir que el aspecto político del CGRI permanece sin estudiar o ha sido estudiado siempre desde las mismas líneas ideológicas –aquellas que consideran que lo "político" solo es posible encontrarlo en Occidente-. Esas mismas líneas ideológicas mantienen una visión esencialista que hace que nos encontremos, por ejemplo, con análisis que afirman que la invasión de Irán por parte de Sadam Husein en los años 80 fue un episodio más de las batallas que enfrentan a árabes y persas desde hace, por lo menos, mil años.
Por otro lado, podemos señalar que la mayor parte de fuentes utilizadas para analizar al CGRI son o bien fuentes secundarias, o bien fuentes descontextualizadas de su entorno político-islámico.
La idea de crear un cuerpo como el CGRI surge un año antes del establecimiento oficial de la República Islámica, en 1979, dentro del entorno más cercano del fundador de la República Islámica, el imam Jomeini (p), quien en aquel entonces se encontraba en el exilio en Francia.
La cuestión, por tanto, desde el punto de vista del islam político, era la necesidad de crear una institución político-militar que no estuviese intoxicada por principios contrarios al Islam.
El acto fundacional del grupo tuvo lugar el 9 de marzo de 1979, según su propia historiografía, y entre los fundadores encontramos a Mohamad Montazeri, al futuro presidente Rafsanjani, a Mousavi Ardebil, futuro presidente de la Corte Suprema, al actual Líder Supremo, Ayatolá Ali Khamenei, al futuro general del CGRI, Mohsen Rafigh, y al Ayatolá Beheshti. Es también en este momento, y a petición de Khomeini, cuando el grupo adopta su nombre oficial: Ejército de los Guardianes de la Revolución Islámica- Sepāh-e Pāsdārān-e Enghelāb-e Eslāmi, en persa-.
Ya en 1980, se establecen los objetivos y funciones generales del CGRI, que utilizaremos para realizar su análisis desde la perspectiva político-islámica:
-Apoyar a las fuerzas de seguridad en el control y lucha contra diversos "elementos anti-revolucionarios".
Hay que recordar que las primeras operaciones del grupo fueron contra el grupúsculo terrorista Muyahidín Jalq (MKO), quien desde la instauración de la República Islámica desató una campaña de asesinatos contra dirigentes políticos islámicos en su intento por derrocar al recién establecido gobierno islámico.
El grupo contaba con el apoyo del primer presidente de la República Islámica, Abolhasan Bani-Sadr, presidente de Irán durante 18 meses antes de su destitución. Bani-Sadr había mostrado su desacuerdo con la toma de la embajada estadounidense, en Teherán, al considerar que dicha decisión alejaría a la recién creada República Islámica de la "comunidad internacional". Para los islamistas, Bani-Sadr era visto como un liberal que no pretendía instaurar una República Islámica basada en el lenguaje del Islam y alejada, por tanto, de la ideología Occidental.
La "lucha contra los elementos contra-revolucionarios" no se puede entender, simplemente, desde una perspectiva material. La idea de lucha está aquí anclada en la misión política de construir un nuevo sistema político basado en el Islam y que rompiese con lo que se conoce como "kemalismo", es decir, el nombre de la modernidad occidental en contextos islámicos.
-Combatir la ideología "contra-revolucionaria."
La Revolución había sido, para los propios islamistas, una revolución contra el eurocentrismo -encarnado en las políticas de los Pahlavi-. Fue una revolución que a diferencia de las revoluciones en Francia, Rusia o China no compartía los principios occidentales. Para la historiografía islamista en la República Islámica, la Revolución fue una revolución epistémica, no "simplemente" una liberación en términos de liberación nacional.
-Defender el país de cualquier intento de ataque, ocupación y/o infiltración de fuerzas extranjeras.
Hay que recordar que en septiembre de 1980 las tropas iraquíes invadieron Irán, dando lugar a una guerra que duró 8 años. La llamada "Guerra impuesta" supuso la consolidación del CGRI como puntal de la defensa del territorio iraní, así como por sus espectaculares ofensivas, muchas de ellas sin éxito, en territorio iraquí.
Gracias a los asaltos masivos de miembros del CGRI y de miembros voluntarios de la fuerza Basij -las famosas oleadas humanas de los guardias-, se consiguió repeler la ofensiva iraquí y recuperar la totalidad del territorio iraní, eso sí, con un altísimo número de muertos -considerados como mártires en el lenguaje islamista-.
La guerra no se produjo, como ya se ha apuntado al comienzo de este artículo, por una enemistad entre árabes y persas. La guerra se produce, para los iraníes islamistas, por el miedo de la comunidad internacional, principalmente los países de la región, a la Revolución Islámica y su posible influencia política.
-Cooperación y coordinación con las Fuerzas Armadas regulares -Artesh-.
Esta colaboración entre ambos grupos es fundamental para conseguir una integración militar, pero principalmente política. Para ello fue necesario, primero, efectuar una "desoccidentalización"dentro de las filas del ejército.
-Formación de los miembros del CGRI en temas políticos, militares, ideológicos y morales.
La idea de la formación política es vital para comprender tanto las funciones como el funcionamiento del CGRI dentro de un sistema islámico. Desde la visión política sobre la que se articula la República Islámica, y como ya se ha mencionado, lo importante no era el recambio en las instituciones utilizadas por los Pahlavi. Lo importante, y podemos decir que lo principal para los islamistas revolucionarios, era la construcción de nuevas posibilidades políticas.
El CGRI tenía, y tiene, si hacemos caso a los análisis islamistas, una función que va mucho más allá de la meramente militar. De hecho, su función principal sería la de materializar los principios políticos sobre los que se sustenta la República Islámica. De ahí la necesidad de que sus miembros conozcan esos principios en profundidad -unos principios que se corresponden a los principios fundacionales de la propia República: Wilayat e faqih, ser la voz política de la Umma...-.
-Asistir en la implementación de la República Islámica.
La mayor parte de autores y académicos que analizan al CGRI entienden este punto desde una perspectiva exclusivamente material. Esta "asistencia" tiene un aspecto político-ideológico, que va mas allá de sus concreciones materiales. Una parte muy importante de los estudios sobre el CGRI se centran en su "implicación" en los sectores económicos más diversos de la República Islámica, desde las obras públicas, a la ingeniería civil, pasando por las telecomunicaciones. Esta visión simplifica la realidad de la institución, y no tiene en cuenta las cuestiones políticas que son las que articulan su visión y sus objetivos.
Estos objetivos pueden resumirse en la máxima islámica de "promover la virtud y prohibir el vicio". Los principios del CGRI son los mismos que estructuran a la República Islámica.
-Dar apoyo a grupos "oprimidos" fuera de Irán.
Este es un punto fundamental para comprender la implicación de la institución fuera de Irán, así como sus relaciones con otros grupos de características políticas similares.
En términos políticos los revolucionarios islámicos dividen el mundo en dos categorías: por un lado el mostazafin- que podemos traducir como oprimido/a-, y por otro el mostakberin- que pude ser traducido como opresor/a-. Hay que entender esas dos categorías no en términos materiales, sino en términos existenciales. Es decir, para los revolucionarios islámicos, el mostazafin es el otro islámico de occidente.
Podemos, por tanto, concluir que el CGRI es una herramienta más, quizá las más conocida, de la visión islamista de la República Islámica, y no pueden ser analizadas de manera independiente.
Por Xavier villar
