Este sábado, el desfile militar en la ciudad sureña de Ahvaz fue interrumpido por disparos de cuatro terroristas del grupo Al-Ahvazieh que habían penetrado en la zona disfrazados como militares iraníes. Los extremistas abrieron fuego indiscriminado contra civiles y militares presentes en el acto.
Las autoridades iraníes aseguraron que el ataque había sido patrocinado por Estados foráneos. El Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, en un mensaje dijo que el atentado fue una conspiración de los títeres de EE.UU. en la región.
El canciller de Irán, Mohamad Yavad Zarif, destacó que los atacantes habían sido entrenados e influenciados desde el exterior para socavar la seguridad en el país persa.
Tras el ataque, la Cancillería iraní convocó a los embajadores de los Países Bajos y Dinamarca, así como al encargado de negocios del Reino Unido por haber albergado a los terroristas del grupo Al-Ahvazieh e ignorar las advertencias de Teherán al respecto.
Además, Irán criticó al Reino Unido por la entrevista hecha por Reuters, con sede en Londres, con el portavoz de Al-Ahvazieh.
La parada militar de Ahvaz se celebraba, al igual que en otras ciudades de Irán, en conmemoración del 38.º aniversario de la Semana de la Defensa Sagrada (la victoria del pueblo iraní tras los ocho años de guerra impuesta, desde el 22 de septiembre de 1980, por el régimen baasista de Irak).
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