Las fuerzas estadounidenses en Corea han lanzado este miércoles una nueva unidad de fuerzas espaciales, que tendrá su sede en la base aérea de Osan en Pyeongtaek, 65 kilómetros al sur de Seúl (capital surcoreana), donde está basada la Séptima Fuerza Aérea estadounidense.
Las Fuerzas Espaciales de Estados Unidos en Corea (SPACEFOR-KOR, por sus siglas en inglés) es el segundo componente espacial que el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) ha decidido establecer fuera de territorio estadounidense.
La nueva unidad se encarga de vigilar, detectar y rastrear misiles lanzados desde Corea del Norte u otras regiones, así como de reforzar la capacidad espacial general del ejército, mediante activos que se encuentren en el espacio exterior, como los satélites.
De hecho, los satélites ya se emplean para analizar y localizar los lanzamientos de Pyongyang, pero, según expertos, el establecimiento de esta nueva unidad mejorará con el tiempo la interoperabilidad de los distintos cuerpos y la eficiencia a la hora de rastrear y obtener información detallada de estos proyectiles.
Durante el acto de inauguración de la unidad en Osan, el comandante de las Fuerzas Estadounidenses en territorio surcoreano (USFK, por sus siglas en inglés), Paul LaCamera, ha indicado que, gracias a la nueva unidad, la alianza formada por Seúl y Washington “tendrá mayor capacidad para ejecutar en campos múltiples dentro del teatro de operaciones coreano”.
En los últimos meses, Seúl y Washington han aumentado su cooperación en materia de seguridad en respuesta a las pruebas de misiles sin precedentes de Corea del Norte, incluida la prueba de un misil balístico intercontinental capaz de alcanzar suelo estadounidense.
Mientras tanto, Pyongyang sigue reforzando sus capacidades militares, asegurando que estas actividades tienen carácter de autodefensa ante las maniobras de su “mayor enemigo”, Estados Unidos, y su aliado cercano, Seúl.
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