“Solo cuando uno está equipado con formidables capacidades de ataque, un poder militar abrumador que nadie puede detener, uno puede prevenir una guerra, garantizar la seguridad del país y contener y controlar todas las amenazas y chantajes de los imperialistas”, ha afirmado el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un.
Según ha informado este lunes (hora local) la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA, por sus siglas en inglés), sus declaraciones se produjeron en un encuentro con los funcionarios, científicos, técnicos y trabajadores que contribuyeron el jueves al lanzamiento de un misil balístico intercontinental.
Kim ha reiterado además que “no se puede intercambiar ni comprar con nada” la fuerza de autodefensa y que se mantendrá firme sin la menor vacilación a pesar de las duras pruebas y dificultades.
De acuerdo con la agencia estatal norcoreana, el misil disparado el jueves fue un misil balístico intercontinental (ICBM, según sus siglas en inglés) Hwasong-17, que voló 1090 kilómetros, a una altura máxima de 6248 kilómetros, antes de caer en el mar de Japón (mar del Este).
Pyongyang sigue reforzando sus capacidades militares, asegurando que estas actividades tienen carácter de autodefensa ante las maniobras de su “mayor enemigo”, es decir, Estados Unidos, y su aliado cercano, Seúl.
Estados Unidos y Corea del Sur acusaron el 11 de marzo a Pyongyang de haber probado un nuevo sistema de ICBM durante los dos ensayos realizados el 27 de febrero y 5 de marzo, para probar tecnología ligada al misil Hwasong-17. Esto, pese a que, Corea del Norte aseguró que se trata de una prueba con el fin de desarrollar satélites de “reconocimiento”.
Pyongyang ha lanzado hasta el 14 de marzo nueve proyectiles, entre ellos un misil balístico de alcance intermedio Hwasong-12, capaz de transportar una ojiva nuclear y con un alcance máximo estimado de 4500 km (2800 millas).
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