La nueva aeronave tiene la capacidad de portar hasta cuatro bombas de calibre 60 mm con un peso total de hasta 28 kilos, según ha publicado este lunes el portal ruso Mezhdunarodnie Novosti.
De igual modo, tiene un alcance de 50 kilómetros, puede volar a una altitud de 5100 metros y una velocidad de crucero de hasta 90 kilómetros por hora, que puede aumentar hasta 145 km/h.
Todas estas capacidades han animado no solo a varios países, sino a grupos armados a desarrollar similares aviones no tripulados. Un concepto similar, de acuerdo con la agencia rusa de noticias Sputnik, ha sido empleado por los terroristas en Siria e Irak para atacar a las fuerzas gubernamentales y sus aliados.
China se ha convertido en uno de los principales fabricantes de drones militares del mundo, hecho al que recurre el gigante asiático para ganar influencia en el mundo, en particular ante rivales como EE.UU.
Varios análisis sobre el desarrollo militar de China destacan la fabricación de drones de las más diversas características, pesados y ligeros, capaces de ejecutar diferentes tareas ante toda clase de situaciones.
Pekín anunció en julio de 2017 que empezará a producir en masa el CH-5 Rainbow, un dron de uso militar que se perfila como un claro competidor del estadounidense MQ-9 Reaper; este aviso muchos lo interpretaron como un duro golpe estratégico y comercial para EE.UU.
Además de los países occidentales, la carrera de modernización militar de China, también ha encendido las alarmas de algunos países de la región con los que hay disputas y reclamaciones de soberanía en el mar de la China Meridional.
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